A pesar de las promesas, nunca se reglamentó la promoción callejera

 La fuerte afluencia turística que registra la ciudad desde el último fin de semana multiplicó una vez más el número de promotores callejeros, cuya actividad sigue prohibida, a pesar de que el Ejecutivo municipal les prometió un año atrás que aprobaría una ordenanza reglamentaria.
El microcentro comercial de Bariloche y la base del cerro Catedral son los dos puntos con mayor presencia de promotores empeñados en acercar clientes a distintos locales. El cambio de moneda en "cuevas", la venta de buzos y remeras, el chocolate, el alquiler de ropa de nieve y la gastronomía son algunos de los rubros clásicos en esta modalidad de comercialización.
En agosto de 2013 los promotores llegaron a movilizarse en el Centro Cívico para exigir un encuadramiento para esa actividad.
En aquel momento, el secretario de Gobierno Daniel Natapof les dijo que la nueva gestión municipal -en ese momento llevaba pocos meses- había tomado la decisión de "no mirar más para el costado".
Hubo un acuerdo para que los promotores continuaran con su trabajo "sin excesos" y el municipio se comprometió a derogar la prohibición vigente desde 1998 y elaborar una nueva ordenanza que habilite la promoción en vía pública, aunque con estrictos requisitos de inscripción, identificación y capacitación.
Los meses corrieron pero todo continuó igual. Hace un par de semanas un grupo de promotores se presentó ante los concejales con la inquietud por el incumplimiento y llevaron un proyecto de ordenanza. Pero desde el Deliberante aseguraron que "se trataba sólo de un borrador y el Ejecutivo nunca presentó nada".
El jefe de Inspección General, Rubén Guzmán, dijo ser consciente de la proliferación de promotores pero aclaró que se limitan a "notificar", porque su área no tiene facultades para fiscalizar esa actividad. "La ordenanza 926 reserva ese rol a la secretaría de Turismo", explicó Guzmán.
Admitió que la norma está vigente y se debería cumplir, aunque "el espíritu con el que nació era otro, porque se hizo para poner freno a los complejos de ´tiempo compartido´, que derivaron en muchos engaños y abusos". Por eso se pronunció por levantar la prohibición y reglamentar las promociones. Guzmán dijo que, si existe un anteproyecto, no recibió ninguna consulta.
Ayer en las primeras cuadras de Mitre, mientras caminaban cientos de turistas, era notoria la presencia de promotores, a razón de varios por cuadra. La mayoría voceban productos o servicios, pero sin entregar folletería.
En el Catedral el panorama es muy similar. El delegado municipal en el cerro, Julio López, dijo que el año pasado hicieron varias infracciones a promotores pero este año todavía ninguna. "Existe una dificultad práctica porque no entregan nada al cliente, se niegan a identificarse y se van cuando ven a los inspectores", explicó.
Dijo que desde la delegación optaron por mantener presencia permanente en los sitios más concurridos para "prevenir y evitar el hostigamiento", aunque consideró que es difícil de erradicar porque "los comercios les pagan, y mientras exista una comisión los promotores van a existir".