Comienza a tomar forma el huevo gigante de Pascuas

 Los festejos de Semana Santa tomaron otro color a partir del 2012 y la creación del primer huevo gigante de Pascuas. Desde aquel entonces, cada año miles de barilochenses y de turistas se reúnen en el Centro Cívico para ser partícipes de la ruptura del mismo y el posterior reparto de las porciones.

Fernando Nordenstron es uno de los maestros chocolateros que tiene a su cargo todo el proceso. Al ingresar al espacio en el que se encuentran las carpas, una para el huevo y otra para la cocina, se lo puede ver completamente de blanco y caminando de un lado a otro supervisando cada movimiento. En total son nueve chocolateros los que están atentos a cada detalle junto a una docena de ayudantes provenientes de la Escuela de Hotelería.

La estructura de 8,5 metros de alto y 6,5 metros de diámetro -en su parte más ancha- resulta imponente y demuestra por qué forma parte del libro de récords Guinness. En lo alto ya se comenzaron a montar las primeras placas de chocolate con la ayuda de una escalera y algunos trabajadores suspendidos en el aire mediante arneses.

En total se utilizarán unas ocho toneladas de chocolate, según precisó Nordenstron, quien además asegura que trabajarán a todo ritmo para cumplir con los tiempos estimados. "Tenemos un mecanismo de trabajo", destaca ya que año a año las caras se repiten y se va formando un método implacable para el armado.

Antes del huevo también se posicionaron dos moldes gigantes en los que las planchas de chocolate toman su curvatura. Allí se monta el chocolate hasta su cristalización que demora "un par de horas", explicó el maestro.

Sin embargo, el tiempo no es el único enemigo de estos artistas del chocolate. Sino que las altas temperaturas también representan un peligro. Por ello se instalarán equipos de aire acondicionado dentro del huevo, para mantenerlo a buena temperatura y lograr que llegue sin cambios hasta el domingo de Pascuas.

"Nos saca un poco de la rutina", asegura Nordenstron mientras se despide con una sonrisa, se coloca sus guantes y vuelve a caminar rápido para hacer realidad el evento que da pasos agigantados para convertirse en una tradición local.