Díaz se declaró culpable por la muerte del sargento

 El debate oral y público de la investigación judicial abierta en torno al homicidio del sargento Luciano Churrarín comenzó pasadas las 10 de este viernes y se resolvió en poco más de una hora y media porque el único imputado, Alexander Díaz, se declaró culpable ante los jueces de la Cámara Segunda del Crimen.
El acusado ingresó a la sala de Tribunales rodeado por agentes policiales que lo trasladaron desde el penal 3, con la responsabilidad de evitar un nuevo intento de fuga como el protagonizado por el detenido a principios de mes.
La Cámara, presidida por el juez Héctor Leguizamon Pondal, dio inicio a la audiencia una hora después de los previsto con la presencia del fiscal de Cámara Carlos López y el abogado querellante Mario Altuna, que representó de la hija de Churrarín.
Díaz, con el patrocinio del defensor oficial Juan Pablo Laurence, admitió ante los jueces fue al autor de los disparos que terminaron con la vida del policía y explicó que lo mató porque la víctima poco tiempo antes le había pegado a la salida de un local nocturno. El acusado admitió que le tenía "mucha bronca" a Churrarín.
El delito que le imputan es homicidio calificado por haber sido cometido contra un empleado policial, doblemente agravado por la utilización de un arma de fuego y la participación de un menor de edad.
En los alegatos las partes coincidieron en calificar el hecho como homicidio simple. La querella solicitó 20 años de prisión, con accesorias legales y costas, mientras que el fiscal López entendió que corresponde atenuar el pedido de pena en atención a que Díaz asumió el "un temperamento sorpresivo al admitir su culpabilidad" y requirió que se regulen 18 años de cárcel.
Por último Laurence pidió el mínimo de pena para el tipo pone, ocho años, en atención a la corta edad de su defendido, el "estado de vulnerabilidad" en el que creció, su confesión y el pedido de perdón a la familia.
El gesto de Díaz no conmovió a la hija de Churrarín que el espetó que sus disculpas no le iban a devolver a su padre.
El crimen ocurrió el 20 de mayo 2013 en plena vía pública, frente a la verdulería ubicada en Padre Rosales y Onelli. El agresor estaba en compañía de un adolescente de 15 años de edad, que permanece internado en un hogar de menores por su participación en el hecho y de otra persona que no pudo ser identificada durante la instrucción de la causa.
Su confesión ante los jueces eximió a las partes de exponer pruebas y acortó los alegatos sobre el hecho en debate y solo resta que la Cámara Segunda determine cual será el monto de la pena que deberá afrontar el acusado.
Durante la instrucción realizada por el juez Martín Lozada se estableció que Churrarrín estaba de franco y sin el arma reglamentaria cuando fue interceptado por dos jóvenes, a la salida de la despensa ubicada en Onelli 1705. Era cerca de las 15:10 y el policía accedió a al pedido de sus interlocutores que le dijeron "con vos tenemos que hablar".
Camino al cruce con Padre Rosales, Díaz le apuntó con un arma de fuego de puño y efectuó entre cinco y ocho disparos mientras forcejeaba con la víctima y el otro hombre que lo acompañaba y se dio a la fuga tras el ataque. El menor, en cambio, se entregó tras el crimen en el juzgado y permanece alojado en una institución para menores en conflicto con la ley fuera de la provincia.
La víctima murió producto de un shock hipovolémico que le produjo en disparo que recibió en el lado izquierdo del torax, mientras que otras dos detonaciones impactaron en la zona del abdomen.