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Febriles gestiones de último momento para evitar el default

 NUEVA YORK.- Un grupo de camarógrafos improvisó anoche, a última hora, un pequeño atril cargado de micrófonos en la entrada del edificio donde tiene su oficina el mediador Daniel Pollack, a la espera de que el ministro de Economía, Axel Kicillof -que había llegado por la tarde desde Caracas- cerrara las negociaciones y anunciara un acercamiento entre las partes o bien, en su defecto, el inminente default de la Argentina, que se producirá hoy si no se llega a un acuerdo.

Pasada la medianoche, el jefe del Palacio de Hacienda salió del recinto, se acercó a los periodistas y fue escueto: "Tengo poco para comunicar -dijo-. Tuvimos una reunión con las partes. La reunión pasó a un cuarto intermedio hasta el día de mañana [por hoy]. Todavía no sabemos la hora". Se le insistió en si percibía un acercamiento, si era posible evitar el default. "No puedo decir más sobre los resultados -agregó-. Muchísimas gracias por esperar. Seguimos trabajando con la seriedad que tiene la cuestión. Estamos trabajando fuerte." Luego, Daniel Pollack, el mediador designado por el juez Thomas Griesa, confirmó que fue la primera vez en la historia en que hubo un encuentro cara a cara con el fondo NML.

Varias horas antes habían comenzado a arreciar versiones sobre un acuerdo entre el Gobierno y los fondos buitre, NML y Aurelius a partir de una novedosa idea de último momento: pedirle a un grupo de bancos privados de la Argentina que ponga dinero para constituir una garantía de US$ 250 millones que permitiría a los holdouts tener certeza de pago a futuro y pedir al juez Griesa la reposición del stay. De esta forma, se evitaría el default y las partes tendrían más tiempo para negociar y posponer la efectivización de la sentencia de Griesa para enero, cuando ya no esté vigente la cláusula RUFO, que obliga a pagar a todos los bonistas lo mismo si hay una mejora posterior a los canjes de 2005 y 2010 (ver aparte).

Las versiones optimistas venían cobrando fuerza desde el momento en que se supo que bonistas europeos habían presentado una moción de emergencia ante el juez Thomas Griesa para pedirle una medida cautelar, o stay hasta 2015 o, al menos por 90 días, para reunir el volumen necesario de acreedores para liquidar la RUFO, el gran obstáculo de la negociación. Ya habían iniciado gestiones para obtenerlo, dijeron en su escrito (ver aparte). Toda esa información ya era pública cuando comenzó el rumor: Kicillof estaba camino desde Venezuela para encabezar la negociación que hasta ese entonces conducía el secretario de Finanzas, Pablo López.

Nueva York había empezado ya a prepararse para hoy, el "día D", pero quedaba aún la expectativa de un acuerdo de último momento. El Bank of New York Mellon, agente de pago de la Argentina, aguardará novedades hasta el cierre de las operaciones de hoy. Si no hay cambios, informará a los acreedores mañana por la mañana. Si el acuerdo se concreta y Griesa decide otorgar la medida cautelar, comenzarán las gestiones para hacer el giro de los 539 millones de dólares que están en el Banco Central.

La comitiva argentina llegó 20 minutos tarde a la cita con Pollack. Cerca de las 16, Télam informó que el encuentro había pasado al primer cuarto intermedio. Luego llegó la presentación de los bonistas europeos, los Euro Bondholders.

El grupo advirtió que "negar la implementación de un stay puede llevar a un default soberano, causando un daño serio e impredecible para millones de ciudadanos inocentes de la Argentina, los demandantes, los bonistas [que ya han aceptado una significativa reducción en el valor de sus bonos] y la economía global".

Al rato apareció la versión de quelos bancos de Adeba reunirían 250 millones de dólares para ofrecerlos a los holdouts en garantía para acordar una cautelar y estirar el acuerdo hasta 2015 y eliminar así los riesgos de la RUFO, que podría generar más juicios contra el país y llevar la deuda hasta los 120.000 millones de dólares, según el peor pronóstico del Gobierno. Abogados y analistas no coinciden: algunos consideran ese riesgo exagerado, otros no lo descartan.

El optimismo se acrecentó cuando Jonathan Blackman, principal abogado de la Argentina del estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP, llegó a la oficina de Pollack. El mediador, el primero que llegó, había dicho a algunos de los periodistas que aguardaban en la puerta que haría lo posible por evitar un default.

Las negociaciones habían cobrado vértigo. El viernes, la cuarta reunión entre Pollack y la comitiva argentina había durado apenas una hora. Ayer, las tratativas se extendieron 12 horas.


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