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Incendio en Cholila: Paraíso perdido

 Justo 5 años atrás, junto a un grupo de investigadores de CONICET, CIEFAP y la Universidad del Comahue, personal de la Dirección de Bosques de Chubut y los Jerez, baqueanos de la zona, tuvimos el privilegio de adentrarnos en una de las joyas más preciadas de los bosques Andino Patagónicos: el río Tigre y su afluente el Alerce, hasta llegar a la laguna Errasti. Sitios que, al nombrarlos, solo eran reconocidos por poca gente, en general selectos pescadores con mosca, y que lamentablemente hoy están en boca de todos por los desoladores incendios que los están devastando.
Se trata de un sitio único, con glaciares colgantes, una vegetación exuberante de ñires, coihues, radales, maitenes y cipreses, pero sobre todo que alberga bosques milenarios de alerces, que gracias a su lejanía y a que su madera era de baja calidad, sobrevivieron a la explotación forestal de la primera mitad del siglo XXI. Por tal motivo, era uno de los pocos lugares donde se podía estudiar un relicto de la selva valdiviana argentina con la composición y densidad originales, sin casi haber estado influenciado por las actividades humanas. Además de la flora, contaba con una fauna extraordinaria, donde los pobladores y baqueanos contaban encontrarse con pumas, o gatos huiña, a veces vieron a lo lejos unos huemules y donde todas las mañanas una sinfonía de pájaros nos despertaba.
Lamentablemente todo eso se perdió. Las causas, si se puede, habrá que determinarlas. Meses de sequía, la extensa floración de la caña, tormentas eléctricas y/o la responsabilidad humana se habrán combinado para sumar a la tragedia. Pero lo concreto es que una vez más el fuego arrasó con uno de nuestros paraísos perdidos, desconocidos para la gran mayoría, y que tardará cientos de años en regenerarse, siempre y cuando dejemos que la vegetación vuelva a tomar su lugar. Tardará años, pero volverá, porque así es el ciclo natural de nuestros bosques…. siempre y cuando los intereses económicos desmedidos o mal manejo del ganado no amenacen este proceso.
Afortunadamente, es importante recordar que la ley nacional 26.331 de Presupuestos Mínimos para la Protección de Bosques Nativos, en su Artículo 40 establece: “En los casos de bosques nativos que hayan sido afectados por incendios o por otros eventos naturales o antrópicos que los hubieren degradado, corresponde a la autoridad de aplicación de la jurisdicción respectiva la realización de tareas para su recuperación y restauración, manteniendo la categoría de clasificación que se hubiere definido en el ordenamiento territorial”. En ese sentido, esperemos que la “naturaleza humana”, su avidez y ambición, dejen tranquilos estos alejados parajes, y quizás nuestros nietos puedan volver a disfrutar de contemplar estos paisajes maravillosos.
Dr. Javier Grosfeld
INIBIOMA
CONICET- Universidad Nacional del Comahue (Departamento de Botánica)


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