La recaudación, varios millones por debajo de las metas

 Los ingresos que acumuló el municipio por tasas y gravámenes en el período enero/agosto estuvieron muy por debajo de las metas, ya que sólo cubrieron el 44% de lo presupuestado para todo el año.

Cerrado el segundo cuatrimestre, la lógica indica que la recaudación acumulada debería rondar el 66% de la estimación anual. Pero los números muestran una realidad muy distinta.

Mientras persiste la polémica entre el gobierno actual y el futuro sobre el verdadero monto de la deuda municipal, el cuadro de ingresos que elabora la secretaría de Hacienda ofrece datos duros ajenos a cualquier discusión.

Mientras el presupuesto previó ingresos de jurisdicción municipal por 377,2 millones de pesos, la recaudación hasta agosto sólo había llegado a 169,1 millones. Para cubrir el 66,6% esperable para esa fecha hubieran faltado otros 82,3 millones de pesos.

La proporción de los dos tercios si se cumple, por ejemplo, en la coparticipación de impuestos provinciales y nacionales, que en ocho meses aportó al municipio el 64,2% de lo estimado para todo el año. También en la tasa del Emprotur, cuya recaudación acumulada es del 66,2%.

Pero otros rubros estuvieron claramente sobre estimados. Especialmente la tasa comercial, que sólo reunió en ocho meses el 43,2% de lo proyectado para todo 2015. Desde Hacienda señalaron tiempo atrás que los magros números de ese gravamen se van a revertir en el último cuatrimestre, cuando empiece a rendir el plan de recuperación de deudas y la "inteligencia tributaria".

Algunas de las cifras más precupantes son las de Derecho de Publicidad y Propaganda, que tenía previsto para todo el año una recaudación de 19,8 millones y sólo sumó hasta ahora 4,8 millones (el 24,6%). Las Multas y Recargos aportaron en ocho meses el 30,8% de la meta anual y lo recaudado por estacionamiento medido también quedó muy lejos del presupuesto: apenas el 28,4%.

Debido a esa estrechez de recursos el gasto en salarios se llevó en el período enero/agosto el 79,9% de los ingresos corrientes municipales, cuando según el presupuesto aprobado no debería requerir más del 65,9%.

Como resultado, el gobierno debe necesariamente ajustar la ejecución de otros programas, por ejemplo en cultura, deportes, desarrollo social y pequeñas obras públicas, que quedan abandonados por falta de recursos.