Miguel Ángel Rossi: "falta mucho para una federalización audiovisual"

Varias producciones barilochenses se pudieron apreciar ayer en el espacio que para realizadores locales reservó el Sexto Encuentro de Cine Argentino en Bariloche. Con la excusa de charlar sobre "Patagonia y tango" -el trabajo que presentó- Miguel Angel Rossi repasó algunas de las vicisitudes que tienen que afrontar los directores no sólo regionales, sino también los argentinos en general. Si bien es un buen momento para la producción cinematográfica nacional, las dificultades son todavía significativas.
El cineasta precisó que "Patagonia y tango" es "un cortito que hice para la presentación del Festival Patagonia y Tango del año pasado. Fueron las imágenes de apertura del festival y resultó que me lo empezaron a pedir de dos o tres lugares. Me convocaron para el encuentro del RIPA, de realizadores patagónicos, y empezó a tomar una vida propia. Entonces, un material que simplemente iba a quedar como imágenes de apertura de un festival, se convirtió en un clip re-interesante, porque tiene gente nuestra bailando en diferentes escenarios patagónicos, paisajes cotidianos de la ciudad, tanto de la zona rural como la urbana. Todo al ritmo de la voz de Graciela Novelino, cantando Vuelvo al Sur y otros tangos. Realmente, es una cosa que quedó re-interesante y ahora me la pidieron para pasar en este encuentro. Con muchísimo gusto comparto este espacio de realizadores de Bariloche, donde por suerte hay varios y muy buenos".
Lejos parecen quedar aquellos días en los que salvo Rossi y Carlos Echeverría, nadie hacía cine en esta ciudad. "Yo estoy muy contento. En 1988 había terminado mi último largo en emulsión cinematográfica. Después me tuve que dedicar al video por una cuestión económica, manteniendo el lenguaje y la idea de transmitir, más allá del soporte. Empecé a querer formar grupos, a formar y a incentivar y por suerte, hoy hay muchos chicos que están en este tema", aseveró el realizador en Radio El Arka.
De hecho, ese crecimiento permitió la concreción de más proyectos. "Con aquellos que participaron de los cursos y encuentros que hemos venido organizando, pudimos hacer en julio pasado un largometraje que se llama Mujeres de hierro, del cual vimos el domingo un trabajo en proceso que se repite el jueves a las 16. Esa es la mayor alegría, porque mi asistente de dirección, la gente que hizo arte y que ayudó en cámaras, son todos jóvenes que fueron alumnos, otros son alumnos y hay también algunos profesores que han colaborado. Lo que digo es que hay varios grupos de trabajo aquí en la región que están dando mucho, están haciendo muchas cosas y por suerte, a su vez estos grupos de trabajo nos estamos encontrando y tratando de ayudarnos entre todos con equipos y con recursos humanos. La gente de San Martín de los Andes, por ejemplo, se sorprendió por el movimiento audiovisual que hay acá en Bariloche. A ellos les dijimos que estamos abiertos a ayudarlos, porque hay un par de chicas que están presentado una película y tuvieron algunos inconvenientes porque no tenían asistente de dirección o gente que las ayudara en la parte técnica. Se sorprendieron de la cantidad de gente que hay en Bariloche con esas posibilidades".

Novedades y riesgos

Evidentemente, la manera de hacer cine cambió mucho en los últimos tiempos. Pero, se corren ciertos riegos. "Con la tecnología de hoy se pueden hacer trabajos maravillosos. De hecho, el último largo que filmamos lo hemos hecho en alta definición y realmente queda muy bien, porque tenés todo el material terminado, hacés después una transferencia a material fílmico y tenés una película para cualquier sala. Pero hoy el problema es que hay alguna liviandad en la historia, en los guiones. Algunos chicos que recién comienzan quedan maravillados por las posibilidades técnicas y dejan un poquito atrás algunas cosas que se podrían contar más profundamente o de otra manera".
De todas maneras, hay obstáculos más pesados todavía. "El mayor problema que tenemos todos son los cerrados circuitos de distribución y difusión. Hay cosas buenas, pero podría haber muchas más y mejores. A lo largo del país hay muchísimos realizadores que están haciendo cosas buenísimas y que prácticamente, no tienen difusión a nivel nacional porque otros materiales, como los que han sacado algunos periodistas en estos días en Buenos Aires, con mucho acceso a los grandes medios y poder económico atrás, llenan las señales, los cines y los videoclubes. El juego no es parejo, creo que nos falta mucho para hablar de una federalización en el tema audiovisual", consideró Rossi.
Desde esa perspectiva, "uno puede armar una historia como familia rodante, convocar a un montón de gente y hacer una obra re-interesante, como las de Lisandro Alonso, pero después el gran público no las puede apreciar. Yo creo que se ha impuesto un gusto desde el poder central que nos lleva siempre a mirar lo mismo y a querer seguir mirando lo mismo. Entonces, si tuviéramos la posibilidad concreta de ver diferentes cosas en forma permanente, el mismo público va a decidir si le gusta esto o no, si quiere ver cine independiente boliviano o mañana algo de Brasil. Pero no tenemos esa posibilidad, por eso es muy difícil hablar de un gusto o de una libre elección para ir a ver un material porque no tenemos acceso", apuntó el realizador.
"Se nos ha formado un determinado gusto desde hace un montón de años, con dos o tres líneas de propuesta. Por ejemplo, en el encuentro nuestro, donde hay posibilidades de ver algún material alternativo, a la gente le cuesta romper esas barreras. Claro, sabemos que tal y tal tuvieron una relación amorosa cuando estaban por empezar la película en Hollywood pero no sabemos de las dificultades o las alegrías que tienen nuestros realizadores en la Argentina cuando están filmando". Gran verdad que se impone contrarrestar.