Se realizó el viaje solidario Nº 59 por los duros caminos de la Línea Sur

 - UNA “MOVIDA” QUE LLEVA FELICIDAD A MUCHOS HOGARES -

Se concretó una nueva acción de Viajes Solidarios Bariloche, el viaje Nº 59, esta vez desde el Centro Cívico partieron siete camionetas cargadas de donaciones para familias de la Línea Sur.

Donaciones que acercaron vecinos de Bariloche y de diferentes lugares, motivados por ayudar a quienes más lo necesitan, empezando la época invernal, con un clima muy duro.

Un grupo se encaminó hacia la zona de Corralito, entrando por el campo “Las Coloradas” y comenzando a ascender por caminos vecinales cubiertos de greda, lo que dificultó el ascenso hacia el paraje Panquehuau, visitando a la familia de Juan Fernández, el jovencito no vidente.

Se pudo comprobar que la casita prometida por el gobierno continúa en construcción, faltando ahora la etapa del techado y luego las terminaciones en su interior, esperando que se finalice antes de la llegada del invierno.

Luego este grupo descendió hacia la escuela de Corralito, donde Elba preparó en minutos unas exquisitas tortas fritas que Juan acompañó con mates para entrar un poco en calor.

Se dejaron allí cajas con libros y computadoras para que utilicen los niños, en la capilla del paraje además fueron entregados abrigos y calzados de invierno, mantas, juguetes, alimentos y muchas otras cosas que les serán de gran utilidad. Todo esto será entregado a la gente el día miércoles de 12 a 18 horas.

Otro de los grupos de solidarios partió hacia Villa Llanquín y el tercero, en el cual iba Marcelo Bearzi, padre de Viajes Solidarios Bariloche, llegó hasta la Residencia de Jóvenes en Pilcaniyeu para encontrarse allí con Juancito de Panquehuau, quien se encuentra muy contenido por sus compañeros y los adultos responsables del establecimiento.

Sin transporte

Muchas fueron las quejas de la gente de la zona por no contar con el servicio de transporte para que sus hijos puedan pasar el fin de semana en sus hogares, por lo cual solo pueden hacerlo cada quince días, los otros sábados y domingos los niños deben permanecer en las escuelas. El Cordillerano fue testigo de padres que recorren a pie más de 20 kilómetros por los cerros, para retirar a sus hijos caminando, debiendo llevarlos a la escuela nuevamente el domingo por la tarde o muy temprano el día lunes. Tienen derecho a compartir en familia luego de la semana de estudios, pero esto, las autoridades no lo tienen en cuenta al hacer “recortes presupuestarios por falta de fondos”.