Sobreseen a mujer que mató al marido golpeador

 NEUQUÉN (AN).- Durante cinco años Gabriela Quidel había denunciado los abusos que padecía de parte de su pareja, Eduardo Huenufil. La respuesta del Estado no llegó el 10 de septiembre del año pasado cuando Huenufil volvió a atacarla y ella se defendió matándolo. Ayer el juez Mauricio Zabala dispuso su sobreseimiento y destacó que "se defendió a sí misma y a sus hijos".

Gabriela tuvo desde pequeña una vida dura y entre los albergues para chicos en situación de calle conoció a Huenufil. Pero no fue una relación feliz desde un comienzo y ya cuando tenía 17 años comenzó a pedir ayuda a la justicia y la policía porque "el capelo" la golpeaba y abusaba de ella.

En mayo del año pasado Gabriela llegó herida a la Justicia a pedir nuevamente ayuda porque él la había apuñalado en la cara. Pero como no fue revisada el hombre no fue detenido.

Cuatro meses más tarde Huenufil volvió a buscarla y la forzó a ella y los dos hijos de ambos de cinco años y seis meses a ir hasta su casilla en la toma 2 de Mayo de esta ciudad. Allí, mientras tomaba alcohol la amenazó nuevamente de muerte y Gabriela aprovechó cuando el hombre fue al baño para tratar de huir. Pero no pudo.

Huenufil la alcanzó en el medio de la calle y delante de los vecinos comenzó a herirla con un cuchillo y un vidrio.

El hombre le quitó de sus brazos al pequeño bebé y lo arrojó al piso.

Gabriela lo vio ensangrentado y reaccionó. De algún modo le quitó el cuchillo y le dio una puñalada que lo mató casi en el acto. Y hasta ayer Gabriela, con 24 años, afrontaba cargos por homicidio calificado y su causa había sido elevada a juicio por el juez Cristian Piana.

Ayer en un pedido idéntico entre su defensora Ivana Dal Bianco y la fiscal de Delitos Sexuales y Violencia de Género Soledad Rangone, el juez Mauricio Zabala dispuso su sobreseimiento total y definitivo al darle la razón a las partes de que el homicidio fue en defensa legítima, de ella y de sus pequeños hijos.

Rangone explicó que "hoy con el cambio del Código Procesal Penal se nos dio la oportunidad de rever el caso y consideramos que es un típico caso de legítima defensa".

Tanto la fiscal como la defensora coincidieron en señalar que "desde 2008 ingresó al Servicio de Violencia Familiar y el Estado no le dio respuesta" y Rangone recordó que "ella había anticipado esto y el Estado no le dio la protección que necesitaba".

Dal Bianco destacó ayer que "cada 30 horas se da un femicidio en el país y Gabriela es uno de los pocos casos en los que como mujer se pudo defender".

Ayer Gabriela no paró de llorar en toda la audiencia. "¿Ya terminó todo?", le preguntó a su defensora tras el fallo de Zabala. Y Dal Bianco le dijo: "Sí. Terminó. Ahora podés decir, si te preguntan de nuevo en el colectivo, que un juez dijo que vos te defendiste".