Bariloche apunta a un mayor turismo de reuniones

El selectivo y cotizado público que está llamado a compensar la caída de la demanda turística en las bajas temporadas es el que viaja para participar en congresos y convenciones.

Lo saben de sobra los operadores hoteleros, las agencias turísticas y los funcionarios del sector, quienes al mismo tiempo que se lamentan por la falta de un centro de congresos –cuya construcción Bariloche espera desde hace décadas– multiplican recursos para atraer encuentros de escala baja y media, que puedan ser atendidos con la actual infraestructura.

En el último año Bariloche recibió 214 “reuniones”, entre las que aparecen englobados una gran variedad de congresos, jornadas empresarias y competencias deportivas, que en el último tiempo tuvieron importante auge en la ciudad.

Ese dato fue brindado por Bariloche Bureau, una asociación empresaria que busca facilitar y promover el posicionamiento de Bariloche en ese segmento.

Pero la realidad es que todavía la principal ciudad turística de la Patagonia está muy atrás de otros polos concentradores en este segmento como lo son Buenos Aires (líder continental) y también Córdoba, Salta, Mendoza, Mar del Plata o Iguazú.

Según el anuario 2018 del Observatorio Nacional de Turismo de Reuniones, Bariloche ocupa el lugar número 25 en todo el país por cantidad de congresos y otro tipo de encuentros en los que sirvió de sede.

Pero desde el Bureau local aseguran que en ese recuento no entran muchas citas deportivas y reuniones corporativas que Bariloche recibió y que la ubicarían más arriba.

Admiten de todos modos que la actividad no crece a nivel local todo lo que podría debido a la falta de un centro de congresos con amplia capacidad, como los que sí existen en otras ciudades.

La secretaria general de Bariloche Bureau, Julieta Rimoldi, dijo que las convenciones en esta ciudad se realizan en grandes hoteles y salones adaptados, que pueden albergar entre 200 y 500 personas.
Hay salones que funcionan de manera independiente y otros que forman parte de los hoteles. Foto: archivo

El plan de máxima –añejo y varias veces reformulado– es construir un complejo con capacidad para sesiones plenarias de hasta 1.500 personas, lo que le permitiría a la ciudad “jugar” en un mercado de otro rango, incluido el de los congresos internacionales, que hoy en su mayoría van a Buenos Aires.

“La hotelería y la conectividad aérea la tenemos y es muy buena”, dijo Rimoldi. También afirmó que un gran salón es indispensable, pero hay que pensar en un centro con varias salas más chicas, porque “hoy una convención suele distribuirse en grupos o comisiones y necesita ese tipo de instalación”.

Rimoldi resaltó que el turismo de reuniones “es muy importante para que Bariloche logre desestacionalizar la demanda y aprovechar mejor su capacidad ociosa”, tanto en hotelería como en gastronomía.
Impacto

3.500 m²
debería tener el centro de convenciones de Bariloche, según el experto uruguayo Arnaldo Nardone.
$ 2.361
fue el gasto promedio diario de los turistas de congresos nacionales a lo largo de 2018 en todo el país.

Señalo que en los últimos años “se mejoró mucho” en esa materia y con las reuniones, congresos y megacompetencias como el Ironman logró aumentar el índice de ocupación en los períodos de marzo a junio y de septiembre a noviembre.

Dijo que un “nicho” en el que Bariloche tiene ventaja comparativa es el de la ciencia y tecnología y por eso logró atraer congresos internacionales como el que reunió a jóvenes científicos nucleares o el de levaduras cerveceras.

Explicó también que “hay eventos boutique, más chicos, más cuidados” en los que Bariloche está bien posicionada. Eligen la ciudad muchas empresas para viajes de “incentivo”, y de lanzamiento de marcas. Las automotrices, por ejemplo, la tienen como un destino privilegiado –entre otras cosas–, por los escenarios naturales y por la cantidad de plazas en hotelería de alta gama.

El presidente de la Cámara de Turismo de Bariloche, Felipe Orticelli, reconoció que la ciudad logró crecer en viajes corporativos y “team building” (lo usan grandes empresas para fomentar el trabajo en equipo), pero “la idea es poder lograr un volumen mayor”. Coincidió en que “un sector interesante es el de las tecnologías y los congresos médicos”. Aunque aclaró que necesitan un trabajo muy puntilloso porque “se acuerdan con 4 ó 5 años de anticipación”.

Por esa razón, si Bariloche alguna vez logra el financiamiento millonario que necesita para construir su centro de congresos y no quiere tenerlo ocioso mucho tiempo deberá empezar a “venderlo” cuando arranque con los cimientos.

El secretario de Turismo municipal, Gastón Burlón, admitió que todavía no hay certezas ni plazos, pero contar con esa inversión “vendría realmente muy bien y sería ideal para las bajas”. Recordó que la ciudad cuenta con 33.000 plazas hoteleras y en ese sentido no tiene riesgo de que un congreso le quede grande.

Dijo que Bariloche puede sacarles más provecho que otra ciudad, porque “la gente que llega a una conferencia o un congreso en un destino tan llamativo muchas veces viaja con acompañante y si puede se queda un par de días para recorrer”.

El Observatorio Económico de Turismo de Reuniones a nivel nacional señaló en su último informe que a lo largo de 2018 se realizaron en el país 6.382 encuentros. De ese total el 86% fueron congresos y convenciones, un 11% quedaron agrupados como “ferias y exposiciones” y el restante 3% fueron “eventos deportivos internacionales”, con predominio de maratones.

Hubo 316 destinos de casi todas las provincias que albergaron reuniones y el 57% se concentró entre agosto y noviembre. Buenos Aires acaparó el 21%, Córdoba el 8% y Salta el 7%, luego figuran Tucumán, Mendoza, Mar del Plata y La Plata. A Bariloche el observatorio le asigna sólo 35 reuniones y figura 25° en la tabla general.
Los congresos tienen otro nivel de gasto

Sobre la rentabilidad económica que deja el turismo de reuniones, Julieta Rimoldi, dijo que es muy apreciado por el nivel de gasto de los visitantes. Sostuvo que no es fácil medir en cuánto supera el gasto per cápita del turismo estándar, pero sí señaló que “en muchos casos los congresistas llegan invitados, con todo pago, y entonces son más propensos a gastar en gastronomía, chocolate, souvenirs y otros servicios locales”.

Puso como ejemplo el caso de Salta, cuyo gobierno “invierte mucho y está bien posicionado” en el turismo de reuniones. Aclaró que la mayoría de las ciudades que encabezan el ranking tiene centro de convenciones.

Insistió en que un rubro muy apropiado para la ciudad es de las competencias y encuentros deportivos, especialmente las carreras de montaña.

Sobre la forma de comercializar este tipo de viajes insistió en que la anticipación es un factor decisivo, y también saber a qué apuntar. “Cuanto más gente viene al congreso más tiempo antes hay que trabajar –explicó Rimoldi– Lo mismo pasa con los internacionales. Pero a ellos les quedamos un poco lejos: Buenos Aires tiene ventaja e Iguazú también, por la conectividad”.

Para captar congresos desde el Bureau gestionan mucho a través de los contactos locales. Si ponen el foco en un congreso de médicos pediatras –por ejemplo– buscan aportar información, ventajas y otros estímulos a los pediatras locales para que postulen a Bariloche en la asociación que los agrupa.
Los vaivenes de un proyecto interminable

El historial del proyecto de un centro de convenciones tiene tantos capítulos que si cada uno hubiera sido un ladrillo ya estaría listo para estrenar.
Los planos hibernaron casi dos décadas, hasta que fueron reflotados el año pasado, cuando la intención de construir el Centro de Congresos y Convenciones con financiamiento provincial a través del plan Castello se frustró por la falta de un “proyecto ejecutivo”. También surgieron desacuerdos sobre la ubicación y el tamaño.

Los aportes de un experto uruguayo, Arnaldo Nardone, terminaron de echar por tierra con el proyecto que había surgido de un estudio de factibilidad realizado en 2015 y pagado por Nación, que aconsejaba emplazarlo en la zona de Virgen de las Nieves.