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El turismo de cara a la suba del dólar

Tal vez no sea la variable de mayor peso, pero el tipo de cambio ejerce una influencia indudable en la actividad turística, tanto como en cualquier economía de exportación, al punto de que una variación en el precio del dólar tiene potencial suficiente para alterar el ánimo de los actores de ese mercado y también para redireccionar las políticas de promoción.

Así lo admitieron tanto la ministra de Turismo de Río Negro Arabela Carreras, como el secretario municipal del área, Gastón Burlón.

La cotización de la moneda estadounidense inició hace dos meses una escalada que parece no encontrar techo. En la rueda de ayer el dólar cerró a 28,20 pesos para la venta, luego de que en la semana pasada había rozado los 30. De este modo, acumuló en el último semestre un aumento de 44,2%, cuando en todo 2017 la suba fue de sólo el 15%.

La paridad precio/dólar tiene consecuencias directas en el flujo de turismo extranjero y también en el de origen nacional, ya que los argentinos también comienzan a desechar opciones de vacacionar en el exterior (debido al costo) y se vuelcan a buscar destinos dentro del país.

Carreras dijo que la devaluación del peso genera “perspectivas favorables para el turismo” y contribuye a “invertir el flujo” de viajeros, que elegían otros destinos por una cuestión de precios y ahora vuelven su mirada a las propuestas locales. “Nos pone competitivos”, aseguró.

Con una mirada similar, el presidente de la Cámara de Turismo de Bariloche, Felipe Orticelli ponderó los efectos del dólar alto (o el peso bajo) sobre la economía local. Consideró que los efectos “se van a notar rápido” en relación al turismo extranjero y no tanto al nacional “que es más cauto y toma su decisión con tiempo”.

El subsecretario de Turismo de la provincia, Joaquín Escardó, aclaró que para los argentinos que vacacionan -especialmente las familias- los precios pueden ser ventajosos en la comparación, pero también va a influir la crisis económica y la caída del poder de compra.

“Hay que ver cómo se compensa una cosa con otra _evaluó_, sobre todo en una devaluación como ésta, con una incertidumbre financiera importante”.

Butrón admitió que la devaluación puede ser una buena noticia para el turismo pero tiene sus contraindicaciones. Dijo que “al extranjero le rinde más el dólar y eso ya se ve con el turismo de Brasil y los vuelos directos de ese país que vienen casi llenos”, pero consideró que “más allá del derrame, la población local necesita que esa suba no se traslade a precios”.

Escardó descontó una caída del salario real y señaló que será clave el efecto que el salto de dólar genere sobre los servicios públicos y los alimentos.

Consumo y empleo

Más optimista, la ministra Carreras consideró importante analizar “cuánto impacta este crecimiento del dólar en el bienestar de la población” y si bien admitió que el salario se verá afectado y “se va a contraer el gasto”, aseguró que ya hay buenas señales en el empleo.

“En invierno en Bariloche siempre crece, pero con el contexto crítico que hay en la economía nacional creíamos que se iban a frenar las contrataciones -dijo Carreras-. Lo que estamos viendo es que ha crecido igual el empleo directo en turismo”.

Dijo que por experiencia, en una devaluación los precios no suben en la misma proporción, porque “el empresariado siente la retracción y busca mejorar la competitividad”.

Escardó refirió que, por ejemplo en alojamiento, Bariloche tiene una oferta muy variada (más de 700 establecimientos) y comportamientos desiguales, pero la conducta registrada en las últimas semanas fue “una baja en la tarifa en dólares que ya se nota” y que estimó en un 15%.

Tiempos distintos

Los actores consultados señalaron que los efectos favorables del nuevo tipo de cambio se van a evidenciar rápido con el turismo de países limítrofes, que toman decisiones de viaje más inmediatas. “En el sur de Chile, por ejemplo, el flujo ya empieza a revertirse”, dijo Escardó.

Brasil funciona parecido. Pero el turismo internacional tiene dinámicas de distinto tipo y otros países emisores como Perú, Colombia y México, o incluso Estados Unidos y Europa, reaccionan por lo general en plazos más largos y requieren campañas de promoción más planificadas.

En cuanto al turista argentino que deseche viajar al exterior, Carreras afirmó que la tendencia es que miren en el país a destinos líderes, entre los que mencionó a Bariloche, Salta e Iguazú.

Escardó observó, en definitiva, que el dólar atrasado perjudicó históricamente a Bariloche y el dólar alto le aseguró años buenos, como ya se vio en la depresión de los 90 y el auge registrado entre 2003/2006, cuando el país se recuperó luego de la traumática devaluación de 2002. “El patrón está claro -subrayó-. Con un dólar bajo perdemos turismo, sobre todo internacional”.

Burlón, en tanto, dijo que el nuevo escenario también impactará para bien en el turismo estudiantil, porque Bariloche quedará más barato que Brasil u otros destinos del exterior. Pero ese efecto no será visible hasta 2019, porque se trata de un mercado que contrata con un año de anticipación.


“Los hoteles de 4 y 5 estrellas están ajustados en tarifas, pero no pasa igual con los 2 y 3 estrellas que en dólares están caros y van a tener que acomodarse”.
Marcos Barberis, jefe de Gabinete municipal.


La atención
puesta en los precios

El jefe de Gabinete municipal, Marcos Barberis, subrayó que el beneficio del dólar alto para Bariloche será mayor si se consigue limitar el traslado a precios. Citó el caso de algunos servicios de alta gama como los refugios en Catedral y Arelauquen que en invierno ofrecen traslados y cenas en la nieve. “Son excursiones que prácticamente tienen una tarifa fija de 200 dólares, es decir ahora ya están en 5.500 pesos” graficó, para indicar que no siempre la competitividad del destino mejora en forma automática con un dólar alto.
Observó que los chocolates y la gastronomía, entre otros productos, “sí van a tornarse más atractivos para turistas de Brasil y también para los chilenos”.
Según Barberis, los hoteles en la franja de cuatro y cinco estrellas están “ajustados en tarifas” a la pauta internacional, pero no pasa lo mismo con las dos y tres estrellas “que en dólares están caros y se van a tener que acomodar”.

Todos descuentan que una paridad cambiaria más alta, como la que se asentó en los últimos dos meses, redundará en un mayor flujo turístico, pero también podría complicar los proyectos de inversión, especialmente los que demandan maquinaria o insumos importados.

El presidente de la Cámara de Turismo, Felipe Orticelli, afirmó que “para las inversiones este dólar sí es un problema”. Dijo que atentos a esa situación ya trasladaron un pedido al gobierno nacional. “Días atrás en un encuentro con el ministro (de Transporte, Guillermo) Dietrich hablamos sobre la posibilidad de una exención impositiva por ejemplo para la compra en el exterior de pisanieves y otros materiales de centros de esquí que no tienen alternativa, porque nadie los fabrica en el país. El ministro dijo que van a trabajar en eso”, aseguró Orticelli.

El subsecretario de Turismo de Río Negro, Joaquín Escardó, (que es economista de profesión) explicó sin embargo que la devaluación no genera un perjuicio tan grave al sector porque la mayor parte de sus costos no están dolarizados.

Dijo que el turismo “tiene un altísimo componente de mano de obra, entre el 50 y el 55%, que se paga en pesos, al igual que una buena parte de los insumos”.
 


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