La donación de órganos llegó a una nena de 6 y un nene de 8 años

 La familia del adolescente que falleció el lunes pasado decidió donar sus órganos, y ya permitieron asistir la vida de dos chicos y un paciente de 46 años. “Es importante que la sociedad lo sepa”, señaló Germán Santamaría.

Por Daniel Pardo
dpardo@elcordillerano.com.ar

En los últimos días, la noticia de la muerte inesperada de un joven de 16 años, Gustavo Vargas, provocó un notable contraste entre el dolor de su familia, y casi al mismo tiempo, el desapego y comprensión de que la certeza sobre su destino podía permitir la vida de otros, a través de la donación de sus órganos.
Gustavo falleció el lunes a la noche en el hospital zonal Dr. Ramón Carrillo, luego de sufrir una severa lesión en la cabeza, provocada por el impacto de un proyectil de un arma de aire comprimido que manipulaba.

El médico Germán Santamaría tuvo la difícil tarea de transmitir la realidad a la familia de Gustavo. “Fue uno de los casos más duros que me tocó. El momento en el que tenés que hablar con los padres que sufren el dolor es terrible”, definió y le otorgó un valor especial a la gran valentía de la familia.

Santamaría es, además, coordinador hospitalario del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) en Bariloche. Y resaltó que cuando hicieron el operativo, averiguaron cuál fue el destino de los órganos. “Es importante que la sociedad lo sepa”, dijo. Detalló que uno de los riñones llegó a una nena de 6 años, el otro a un nene de 8 y el hígado a un paciente de 46 años. La córnea será para un paciente ciego de Río Negro, “porque tienen la prioridad”.

“Nosotros trabajamos para que los pacientes no mueran, pero hay enfermedades que son irreversibles. Vemos el contraste del dolor y también la posibilidad de dar vida a otros pacientes que están en lista de espera”, describió Santamaría sobre el complejo momento de aceptar el destino de un paciente. Más allá de eso, y conscientes de la oportunidad de asistir la vida de otros, el médico reconoció que “no podemos mirar para otro lado”.