Fecha Evento: Lunes 10 Octubre, 2011 - 22:00 Hs.

Agustina Roasio es una jovencita barilochense de 20 años, un “producto” local que sigue su pasión por la fotografía en Buenos Aires. Es egresada de la Escuela de Reporteros Gráficos de Argentina (ARGRA) y, actualmente, cursa las carreras de “Diseño de Imagen y Sonido” en la Universidad de Buenos Aires y “Dirección de Fotografía” en el Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA). Todo comenzó cundo a sus 16 años dio casi por casualidad con el curso de fotografía en la Biblioteca Sarmiento a cargo de Luis Bonich. A partir de ese momento, el camino se le fue abriendo con proyectos que a su corta edad anuncia un futuro muy prometedor.

¿Cómo fueron tus primeros en la fotografía?

Yo empecé con la fotografía de casualidad. Pasé por el Centro Cívico y ví el anuncio del taller de fotografía y como siempre me gustó hacer cosas nuevas, iba caminando con una amiga y anoté el número de teléfono. Fui al curso de Luis Bonich, me gustó mucho y estuve dos años y al final del primer ya dije que era lo que yo quería estudiar, aunque no sabía fotografía de qué. Después me dí cuenta mirando trabajos de fotógrafos conocidos que lo que más me gustaba era el fotoperiodismo.

¿Por qué la carrera de Diseño de Imagen y Sonido?

Me gusta mucho el cine y cuando veo una película me gusta mucho el tema de la cámara. A veces me pierdo con la imagen, la fotografía sin concentrarme en la historia. Entonces, dije: Vamos a indagar en esto. Empecé con la carrera y este año inicié los estudios en Dirección de Fotografía en particular. Igualmente, todavía no sé bien para dónde dirigirme, creo que el año que viene me voy a ir más para el fotoperiodismo y dejaría lo otro en un segundo plano.

¿Qué es el fotoperiodismo para vos?

Creo que es contar la realidad a través de tu mirada. Para mí se divide en dos, la fotografía documental en la que elegís un tema y contás una historia y las noticias de actualidad, el día al día. Las dos se complementan.

¿Cómo fue para vos ir a la gran ciudad a estudiar?

Al principio, tenía miedo. Para mí era algo inmenso y, a veces, lo dudaba. Hasta que empecé con la escuela de Fotoperiodismo con una cámara chiquita en la que podía controlar las funciones básicas. Hasta que comencé a vincularme más con la gente, ya que ni siquiera acá lo hacía y allá comencé con ese vínculo.

¿Cuál de los trabajos que has hecho destacarías?

El año pasado hice un trabajo sobre la maternidad, en el que quise contar cómo empieza todo en la persona y se me ocurrió ir a un hospital materno infantil. Quería contar la relación que tenía la mamá con su bebé antes de que nazca, el parto. Luego de varias idas y vueltas me dieron el permiso. Al principio costó, pero terminé haciendo fotografías de una cesárea.

¿Se te hizo difícil transmitir lo que observabas?

Había casos en los que las madres iban al parto, tenían a sus bebés y al día siguiente se iban a sus casas, pero hay otros en los que se tienen que quedar a vivir ahí –literalmente- y ahí sí se me hacía difícil estar en maternidad. Se complicó cómo empecé el trabajo y después de buscarle la vuelta, me dí cuenta que es una problemática que surge y que tal vez puedo desarrollarlo desde otro punto de vista. Está bueno saber desde el principio qué es lo que uno quiere transmitir, porque aparecen miles de cuestiones en el camino. También sucede que a veces te involucras en la historia. Estuve en el área de neo, ya que les sacaba las fotografías y luego se morían. Hay una fotografía en la que el bebé nació sietemesino, el papá abrió la incubadora y se ve la manito del bebé con la del papá y te replanteas que puede pasar después. Pero uno se tiene que parar delante de la persona y tomar la imagen.

¿Qué significa para vos regresar al Mes de la Fotografía pero para enseñar?

Desde el primer día que empecé a estudiar con Luis Bonich, más allá de transmitirme lo teórico o lo práctico, él me transmitió la pasión que él siente por la fotografía y eso es lo que más me motiva a mí para lo que hago. La verdad es que quiero mucho a los organizadores, a Luis y a Andrea (Bravo) y les agradezco que confíen en mí para dar este taller. Además, Luis siempre me impulsó a seguir con todo esto y volver acá es hermoso, porque volver a tu lugar y hacer lo que a uno le gusta, es una doble alegría. (Fuente: Prensa del Mes de la Fotografía)

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