Fecha Evento: Viernes 19 Noviembre, 2021 - 10:15 Hs.

 Por Natalia Gutierrez.

Hace poco tiempo se inauguró el mural en la fundación San José Obrero. Rocío Toppetti es la artista que hizo magia sobre esas paredes, retrato a 5 jóvenes que pasaron por la fundación y hoy ya no están en este plano, las cosas de la vida y de la sociedad, se los llevaron.

¿Cómo surgió la propuesta del mural?

El mural surge por una propuesta de Joaco Collazo, quien lo propuso en la fundación y luego me convocó con la idea de pintar un mural por Diego Santana, que fue el último de los pibes que perdimos y por quién se está pidiendo se esclarezcan las circunstancias de su muerte. Pero rápidamente nos dimos cuenta que no podíamos retratar solamente a él, ya que, dolorosamente, son cinco los que pasaron por el Sanjo, y por la historia del grupo humano que conforma hoy la fundación.

¿Por qué crees que el muralismo es importante para rendir homenajes?

Creo que es una de las maneras que tiene el pueblo de gritar, muchas veces nos encontramos frente a injusticias y como sociedad buscamos la manera de revertirlas, enmendarlas, o pedir justicia de las maneras que podemos, aunque seamos muchos, estamos en desventaja frente a los monstruos de la desigualdad. Aparece entonces, la creatividad, estamos acostumbrados a inventar la realidad inventar el día a día, inventar el futuro. Usamos las herramientas que tenemos, yo pongo las mías a disposición. Creo que es importante porque el arte aporta a construir memoria y símbolo, y porque es lo único que puedo hacer.

¿Qué sentías al hacerlo?

Todos los murales me generan entusiasmo, las organizaciones comunitarias me generan una alegría enorme, una sensación de estar en casa. El muralismo se transforma en un ritual que incluye un montón de pequeñas alegrías y amores nuevos, sentía todo eso, mezclado con dolor y rabia. Mezclado con impotencia y con mucho agradecimiento y respeto por las familias que me dieron la posibilidad de retratarlos.

¿Quiénes te acompañaron durante el proceso?

Toda la comunidad hermosa de la fundación, los pude conocer un poco y fue maravilloso, sucede todo en simultáneo y se siente la energía de avanzar, de caminar hacia adelante. Me acompañaron pintando y contando alguna anécdota o compartiendo algún silencio prolongado, que supongo también necesitamos. Y bueno, por suerte, cuando se pudo, me acompañó mi familia.

¿Cuándo empezaste a realizarlo? ¿Cuánto tiempo llevo hacerlo?

Empezamos a finales de octubre y terminamos a principio de noviembre, habrán sido dos semanas. Yendo en todos los ratitos que pude, en idas y venidas, con Joaco, Matías, y Fernando, de la fundación, que siempre me acompañaron.

¿Dónde está ubicado el mural y el San José Obrero?

En el Barrio Malvinas, la fundación queda en la calle San José Obrero y Soldado Olavarría.

¿Por qué decidiste realizarlo?

Estando a fin de año, tenía escrito en la agenda “no sumarme a ningún proyecto más” y cuando me llegó la propuesta, pensé “no puedo” “tengo muchas cosas que hacer” “tengo que resolver mi economía” y respondí “Sí, de una, cuenten conmigo”. Porque más importante que todas las cosas de la vida es la vida.

Porque siento un enorme compromiso con los pibes de los barrios, los estigmatizados, los que “algo habrá hecho”, los que deberíamos incluir en la participación social, en vez de quitarle posibilidades. Porque me duele que nos falten y porque aprendí a usar el arte para transformar el dolor en algo distinto, algo menos parecido al dolor. Y porque creo en un arte popular que represente los intereses de todos.

Por último, un detalle, no menor, Rocío es mamá... ¿Cómo es maternar mientras se muralea?

Bueno en principio, es una mapaternidad dónde el padre cumple su función de cuidado de una manera muy presente y por esto yo puedo estar horas fuera de casa haciendo otra actividad. Después, dar la teta me condiciona el tiempo y un poco la energía, las ganas de volver a casa o de que me vaya a visitar, pero todo el combo es muy hermoso. Yo lo vivo así, fue super natural incorporar a mi familia a mis actividades y también que mis actividades puedan seguir adelante aunque tenga una bebita tan chiquita.

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