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En la antesala de la temporada invernal, Bariloche alcanzó un 70% de ocupación hotelera. Así lo confirmaron desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), con una gran demanda de visitantes en los principales cerros, que contaron con gran cantidad de nieve en la base.
Los dos fines de semana largos de junio contaron con una elevada presencia de visitantes que eligieron la ciudad para realizar una escapada y disfrutar de los paisajes de la región cordillerana. La ciudad lanzó la campaña “Bariloche Sale”, una estrategia coordinada entre el EMPROTUR y el sector privado, que ofreció descuentos y congelamiento de precios en alojamiento, gastronomía y actividades para fomentar el turismo interno y sostener la competitividad de cara a las vacaciones de invierno. Hasta el momento, más de 120 empresas, entre prestadores turísticos, excursiones, alojamientos y establecimientos gastronómicos, ya se han sumado al Bariloche Sale.
En Río Negro, Bariloche lideró en reservas y afluencia, otros destinos como El Bolsón y Las Grutas mostraron niveles bajos de ocupación. Aun así, el turismo espontáneo y los viajes en auto desde Neuquén y Buenos Aires colaboraron para mantener cierto nivel de movimiento.
De acuerdo con los datos elaborados por el sector Turismo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en lo que va del año ya se celebraron cinco fines de semana largos, en los que viajaron 8,8 millones de turistas por distintos puntos del país. Estas escapadas representaron un movimiento económico estimado de $2.103.791.000, lo que equivale a US$ 1.821 millones.
La cantidad de gente que viajó durante seis días fue un 16,6% menor a los mismos fines de semana del año pasado, que tuvieron un día más (siete). También este año el gasto total resultó un 27,9% menor a precios reales que el del año pasado. Esto refleja un turista más austero, que, si bien recortó gastos en servicios recreativos y en compras comerciales, su principal ajuste fue reducir su estadía.
En la comparación interanual se observa un ajuste en el nivel de gasto y en la duración promedio de las estadías, el número de viajeros sigue mostrando una fuerte adhesión al turismo interno como opción de descanso y recreación. Esto consolida a los fines de semana largos como una herramienta clave para sostener el movimiento turístico durante la temporada baja.