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Bachillerato Popular de Jóvenes y Adultos Bariloche, una puerta que se abre
El “Bachillerato Popular”, destinado a jóvenes y adultos, se encuentra en Onelli y Osés, barrio 169 Viviendas. Nació en nuestra ciudad, en el 2018, y su orientación se basa en “sistema educativo rebelde autónomo Zapatista”, así como se toma, de Brasil, “la red de escuelas e institutos de formación del Movimiento de trabajadores sin tierra y, de Argentina, la experiencia de los bachilleratos populares de jóvenes y adultos, junto a empresas recuperadas, el movimiento de trabajadores desocupados, organizaciones territoriales y sindicatos”.
Estas prácticas que son la continuidad de las experiencias en “educación popular” desarrolladas en las décadas de los 60 y 70, principalmente inspiradas en la pedagogía de la liberación cuyo representante es Paulo Freire, en la actualidad, recuperan y resignifican las prácticas educativas vinculadas a los proyectos de transformación social, que se fueron configurando en el Continente.
Asimismo, desde la corriente anglosajona de la “pedagogía crítica”, cuyas experiencias políticos-pedagógicas emergentes pueden ser conceptualizadas como expresiones de resistencia y contra la hegemonía.
El referente del Bachillerato Popular Bariloche, luego de expresar el sentido de la entidad, consideran a la “educación popular como una práctica política que nos permite liberarnos de las condiciones en las que vivimos y prefigurar otras relaciones sociales, ampliando el reconocimiento de nuestros derechos y poder colectivo”.
“Los bachilleratos populares en Argentina a partir de la crisis del 2001, en un marco de deterioro y abandono del ámbito educativo público, consecuencias de políticas neoliberales, surgen las primeras experiencias en Buenos Aires y luego en Córdoba y Rosario, frente a la ausencia del Estado, los diversos emprendimientos autogestivos y organizaciones comenzaron a generar alternativas de educación como parte de un proyecto político apoyado en el poder popular y la autonomía, rompiendo con la idea de la escuela alienante que forma estudiantes para el mercado”, expresó.
En esa línea, agregó: “estas escuelas populares fueron creciendo en la lucha por obtener el reconocimiento estatal. En este proceso que se da a través de movilizaciones y clases públicas, decenas de educadores populares fueron procesados penalmente por llevar adelante el reclamo”.
En nuestra ciudad, sostiene el referente que “a principios del 2014, en un contexto de fragmentación de la militancia, individualismo y clientelismo, el Centro de Educación Popular Antonio Alac, organiza el primer encuentro de educación popular, convocando a distintos espacios territoriales de nuestra ciudad, es allí donde nace entre los participantes, la propuesta de construir un bachillerato popular”.
A mediados del 2015, comenzaron a proyectar en encuentros sistemáticos, la gestación de un espacio de aprendizaje autogestivo basado en la educación popular, y así es que “con ganas, esfuerzo y militancia de quienes nos autodenominamos grupo de educadores populares patagónicos, nace el primer bachillerato popular en Bariloche”.
“Entendemos a la educación popular como un pensamiento y una práctica pedagógica, como una herramienta fundamental para la organización política de los actores sociales en pos de la transformación de su propia realidad y la de todos y todas”.
Acotó luego: “coincidimos con Carlos Núñez, quien explica que ‘No hay educación popular sin la conjunción de reflexión y acción; no hay educación popular que no apunte a la cultura como objetivo último y coagulante de los cambios sociales; no hay educación popular sin la toma de posición política’, de modo que, la educación popular, no sólo debe entenderse como concientizar o desarrollar la conciencia crítica, sino, darle a este hecho el sentido de conciencia solidaria, en términos de solidaridad de clase, así, se vuelve transformadora en la medida que se convierte en solidaridad organizada de clase”.
Sobre los objetivos y propósitos, dijo el vocero que “es contribuir a la formación de sujetos críticos, políticas participativas, comprometidas. Promover un espacio de conocimiento y compromiso con los derechos de todos y todas.
Incentivar el respeto por la diversidad de cosmovisiones y culturas. Impulsar la incorporación de jóvenes y adultos que quedaron afuera del sistema educativo formal. Articular con organizaciones sociales afines para construir desde un proyecto conjunto. Formar sujetos políticamente comprometidos donde todos y todas aprendamos de todos y todas”.
“El Bachillerato Popular Bariloche, está conformado por todos y todas quienes participan en él, quien le da vida y contenido. Podemos destacar como principales protagonistas a los educadores populares y estudiantes, ambos son sujetos activos en transformación permanente con una perspectiva crítica, autocrítica y comprometidos políticamente, además, los educadores populares nos consideramos trabajadores de la educación por el cambio social, somos militantes sociales porque brindamos nuestro esfuerzo para lograr que, junto a los estudiantes, nos construyamos como sujetos contrahegemónicos, críticos, que podamos pensar los procesos históricos, identificar los mecanismos de poder, teorizar, razonar y comprender los acontecimientos en los que vivimos”, afirmó.
Reconoce que “es imposible pensar y materializar los derechos humanos si no es desde la práctica y la acción de los ciudadanos a través del tiempo. En nuestra organización y estructuración el tiempo de duración es de 3 años; el horario, de 18 a 22:30. El ciclo lectivo es de marzo a diciembre, las materias serán anuales y están divididas en dos cuatrimestres”, concluyó.