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Bariloche, martes 24, junio 2025
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El aire que se respira en la Comarca Andina podría no ser tan limpio como se cree

 Así lo advierte el médico cardiólogo César Berenstein, quien en el 2015 se radicó en El Bolsón. Investiga el impacto de la contaminación del aire, en el marco de su participación en el Grupo de Expertos en Polución del Aire y Cambio Climático de la Federación Mundial del Corazón. Su vocación lo llevó a realizar tareas no sólo en la atención de pacientes y estudios cardiovasculares sino a trabajar con la comunidad en prevención cardiovascular recorriendo y dando charlas por ciudades y pequeños pueblos de la Patagonia.

“Creemos que vivimos en un paraíso natural, pero no somos ajenos a la contaminación. No tenemos fábricas ni embotellamientos, pero sí tenemos un problema serio: el humo de las quemas”, advierte.

Cuando el humo enferma: cómo afecta a nuestro corazón y pulmones

El Dr. Berenstein explica que el humo que se respira en otoño e invierno, especialmente por las quemas de restos vegetales o el uso de leña para calefacción, produce inflamación en las arterias y puede desencadenar enfermedades cardiovasculares graves como infartos o ACV.

“La contaminación del aire mata entre 7 y 8 millones de personas por año. Y más de la mitad de esas muertes son por causas cardiovasculares, no respiratorias”, detalló.

Además, alertó que muchos compuestos tóxicos presentes en el humo —como partículas finas, monóxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles— ya están científicamente vinculados a la hipertensión, la diabetes y la muerte súbita, informó Infochucao.

 

La Comarca vista desde arriba: atrapados en el humo

El problema se agrava por la propia geografía del lugar. La Comarca está rodeada de montañas, lo que genera un efecto de encajonamiento del humo, especialmente en días sin viento.

“A veces uno no se da cuenta en el valle, pero al subir a Villa Turismo se puede ver claramente: estamos sumergidos en una nube de humo”, señaló el profesional.

A esto se suma el problema del humo puertas adentro: muchas familias cocinan o se calefaccionan con leña, lo cual también impacta en la salud.

El doctor fue contundente al señalar que algunas prácticas culturales deben ser repensadas: “Hay folclores sanos, como tener una huerta. Pero quemar hojas todos los otoños y llenar la ciudad de humo no es uno de ellos” pero agregó que no se trata de buscar culpables.

“No es para pelear, sino para tomar conciencia y buscar soluciones juntos: compostar, chipear, enterrar, reutilizar. Hay formas de evitar el humo sin dejar material combustible para los incendios del verano”.

 

Un llamado a la acción colectiva

Berenstein invitó a vecinos, instituciones, municipios y organizaciones a sumarse a una red de trabajo colaborativo para repensar esta problemática ambiental y de salud pública. También mencionó que ya están en contacto con universidades, profesionales de la salud, cooperativas y referentes turísticos, buscando soluciones conjuntas.

“Hay turistas que no vienen en invierno porque sus enfermedades respiratorias se agravan por el humo. Eso también es un impacto económico”, apuntó. El médico puso a disposición su web para quienes quieran sumarse a esta movida: https://drcesarberenstein.ar/


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