El Hogar Emaús llegó al límite de su capacidad
Hace 17 años cuando el Hogar Emaús abrió sus puertas fue con la intención de albergar a hombres en situación de calle. Dado el avance que han logrado tanto a nivel institucional como edilicio, se ha convertido en algo mucho más amplio, una gran familia.
Jorge Linquiman en diálogo con El Cordillerano comentó “esto ya nos viene pasando hace un tiempo pero con el frío aumentó y eso nos preocupa”. En el Hogar cuentan con 30 camas y disponen aproximadamente de 15 colchones en otro espacio pero no se trata solo de darles un lugar donde dormir, tampoco alcanzarían los voluntarios ni operadores.
Todo el tiempo entra y sale gente. Hay hombres que llegaron a Bariloche para trabajar durante la temporada invernal pero una vez llegados a la ciudad, ven que no pueden pagarse un alquiler o simplemente no cumplen con los requisitos o no consiguen algo acorde.
“Además estamos conteniendo a personas mayores y otras atravesadas por cuestiones de salud mental, cada día abarcamos más situaciones y obviamente que el espacio se llena”.
Estar con su capacidad al límite no es responsabilidad de Emaús, sirve como un paliativo sabiendo que son cientos o miles los que hoy, no duermen a causa del frío pero cumplen ampliamente con su función.
Hay cuestiones sociales y económicas que superan cualquier dispositivo de acompañamiento y contención y afortunadamente Bariloche cuenta con el Hogar Emaús.