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El incendio del Otto y la oscura trama de usurpación, ventas de lotes y daño ambiental
La parte alta del cerro Otto, abajo del camino entre Piedras Blancas y el refugio Berghof, y sobre la última línea de propiedades de Melipal II, es un hervidero legal y político cruzado por denuncias civiles y penales. Los conflictos tienen muchos años y afectan a todos los vecinos legales del sector, otrora hermoso bosque de lengas y otras nativas, con algunos pinos y otras exóticas, con una vista al lago Nahuel Huapi descomunal. Un combo que le da un valor inmobiliario muy alto, lo que atrae controversias y serios conflictos.
El incendio del miércoles 26 de noviembre en la ladera norte del cerro Otto, sobre el barrio Melipal II, al que expertos consideraron intencional, reveló una sórdida y compleja trama de litigios penales y civiles, la suma de denuncias, destrozos, tala clandestina y usurpación, que tiene a una justicia ineficiente como telón de fondo.
El complejo problema incluye:
-Un predio de 65 hectáreas que los Goye escrituraron en 2000.
-Otro de 6 hectáreas de tierras fiscales de la Municipalidad, denunciado como usurpado.
-El límite superior de Melipal II, con varios propietarios particulares.
Y sus vecinos inmediatos, con propiedades legalmente establecidas hace mucho tiempo, son:
-El Club Andino Bariloche con el complejo de estructuras del Refugio Berghof, cuyas tierras recibieron por donación de Otto Meiling.
-Un terreno grande de la familia Mertig, de la empresa de capitales alemanes Orbis Mertig que empezó a trabajar en el país en 1921.
-Otro terreno de la Sucesión Capraro, al que llaman “El campito”.
Fuego
El incendio angustió a todos los vecinos del lugar, demandó un trabajo ejemplar y de alto costo económico de los bomberos de Melipal y Ruca Cura, medios aéreos nacionales, la Municipalidad y el Splif, y la noticia mandó a terapia intensiva a Héctor Goye, quien sufrió una severa descompensación con la noticia. Recién este lunes -cuatro días después- despertó, mejorando de a poco, del cuadro respiratorio agravado por una condición cardíaca, mientras sigue internado en la sala de cuidados intensivos.
Su hija, Mónica Goye, sumó una nueva denuncia penal a una serie de recursos judiciales de distintas personas y organismos, mientras las motosierras siguen sonando cerro arriba y los terrenos de un sector municipal se ofrecen en redes sociales y plataformas de compra venta, alquileres turísticos y otras.
¿Atentado?
“Es una escalada de situaciones para sacarnos del lugar, el incendio fue la última y más grave. Se habló de una disputa por tierras entre las familias Boock y Goye, pero algo así se da si ambas partes tienen derechos legales. En este caso nosotros tenemos la documentación completa de la propiedad y los derechos sobre el terreno, mientras que ellos sólo actúan para apropiarse sin derecho legal alguno”, sostuvo Mónica Goye en diálogo con Económicas Bariloche.
Agregó que el mismo día del incendio las llamas parecían estar a unos 300 metros de las últimas viviendas, pero dijo que las pericias establecieron que el fuego arrancó apenas entre 30 y 50 metros de la casa del cuidador de su predio.
“Es un claro acto de intimidación y así lo denuncié. Al día siguiente iniciaron otro foco cerca. Lo consideramos un atentado, quieren que nos vayamos, porque molestamos a los intereses espurios de esta gente”, afirmó.
Usurpación y tala
Esta es una parte de una controversia de años, y que tiene en el centro de la escena un sector de 6 hectáreas de tierras fiscales, de propiedad municipal, que son víctima de una usurpación creciente, con denuncias que comenzaron en 2017.
La denuncia por usurpación la hizo la Municipalidad, y aunque se trata de un delito de efecto continuo (los usurpadores siguen detentando el uso de la tierra, aún hoy y en mayor medida), declararon su prescripción.
También un amparo colectivo por daño ambiental, contra Alexis Marines Verhagen y Luis Boock, llegó al despacho del juez Santiago Morán, quien en un fallo de no innovar dispuso cesar toda acción de desmonte de bosque nativo, y ordenó la remediación de las áreas afectadas. Nada cambió.
Cuando los ocupantes de las tierras comenzaron a promocionar alojamiento en el lugar paradisíaco “Entre Lengas” (nombre con algo de cinismo) al turismo en distintos sitios de internet, intervino la Municipalidad porque se trataba de alquileres irregulares. También en esta instancia clausuraron toda posible comercialización e impusieron una multa.
Se le suma la situación que parece más grave: desde hace tiempo en Facebook y otros espacios salieron a la venta terrenos en el lugar, algunos grandes y a precios muy atractivos, y según trascendidos con compradores que hasta lograron canjes por vehículos y bienes por el estilo. Según algunos, los compradores resultan engañados en su buena fe o son cómplices de la maniobra para obtener documentación.
Como la justicia no pone fin a estas situaciones, y los Estados municipal y provincial presentan limitaciones para controlar y ejercer el poder de policía, los ocupantes y comercializadores no ven mayores obstáculos en seguir adelante en sus acciones.
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