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Bariloche, miércoles 02, julio 2025
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El mundo de los otakus se ganó su propio espacio en la agenda de eventos de Bariloche

 Durante el fin de semana miles de personas asistieron a la Otaku Con, una verdadera fiesta para los fanáticos del género y para quienes llegaron por curiosidad. Los cosplayers fueron las grandes estrellas de un evento que ya despierta el entusiasmo de una segunda edición.

Un pequeño niño sale del gimnasio Pedro Estremador en brazos de su padre. Lo hace completamente vestido de Gohan, en su versión infantil, quizás sin saber realmente a quién está personificando con su traje tejido a crochet. Tal vez sea un mandato familiar o el simple deseo de transmitir el entusiasmo por Dragon Ball Z, aquel animé que llegó a la pantalla de ATC en 1994 y que aún hoy tiene vigencia en los servicios de streaming, aprovechando el desembarco de la Otaku Con, una réplica de un evento multitudinario que se organiza en distintas partes del mundo.

Lo que ocurrió durante el fin de semana sirvió para demostrar que existe un nicho que no estaba siendo atendido y que aguardaba una oportunidad para salir a la luz con la fuerza que da encontrarse con equivalentes. Pasar la puerta guardaba alguna similitud con aquel ropero que permitía llegar a Narnia: caballeros Jedi, magos de la saga Harry Potter, soldados medievales, protagonistas de videojuegos, todos confluyeron en un mismo espacio para celebrar el entusiasmo por las historias.

“Todos son fanáticos en algún punto, algunos del lado oscuro y otros de los Jedi”, menciona un joven que lleva la vestimenta de los caballeros que portan sables láser pero que llegó desde Villa La Angostura para estar en la convención. “El evento me encanta”, asegura para luego destacar la gran cantidad de cosplayers, quienes dan vida a sus personajes favoritos, y el esfuerzo por lograr trajes de muy buena calidad.

No hacía falta caminar mucho para encontrar con quien hablar. La zona del campo deportivo se mantuvo repleta en todo momento por los stands con distintos productos. Desde algodones de azúcar creados para la ocasión, pasando por imanes, remeras y hasta un curso de inglés con técnica de estudio japonesa.

En un costado un soldado imperial, de la saga de películas Star Wars, custodiaba un banner de la Legión 501. “Muy linda movida, no esperaba tanta cantidad de gente y todos tan interesados en el submundo del otaku y la cultura pop”, reconoció con agradable sorpresa. Llegado desde Dina Huapi, dijo que su presencia buscaba reclutar a “los villanos” que quisieran unírsele para adoptar un traje y hacer obras de caridad para merenderos o escuelas. Según su análisis, durante estos días se pudo ver a dos tipos de público: “el chico que le fascina lo que está viendo y por ahí no vivió la cuestión de las películas y los adultos que vuelven a ser niños por un rato sacándose fotos con los personajes”.

En uno de los stands disponibles se encuentra Benjamín, el vendedor de espadas. “Se usan para hacer cosplay y también como decoración”, aclara respecto a un artículo apto para todo público. Cuenta que le llegan desde Buenos Aires y que las más pedidas son la mítica espada del augurio de Leon-O (Thundercats), la de Sakura Card Captor y las de Kratos, un guerrero salido de los videojuegos de God of War. Para los más nostálgicos también guardaba la espada de He Man.

En otro sector, y alejado de la música y las imágenes del escenario en el que se desarrolló el concurso de cosplayers, uno de los atractivos principales de la tarde, se encontraba un espacio reservado para dibujantes. Entre ellos se encontraba la familia Casalla, quienes fueron invitados a participar de un homenaje al historietista y músico Carlos “Chingolo”.

Uno de sus hijos era el encargado de mostrar las obras recopiladas de su padre. “Las dibujaba desde aquí, se vendían en todo el país, en Colombia, Brasil e Italia”, comenta acerca de una obra que se mantuvo vigente durante 40 años y que hoy permite mostrar la historieta “a la antigua”.

En la mesa se podían apreciar algunos de los trabajos más emblemáticos de Chingolo: el cabo Savino, El Cosaco y también historias reales pero dibujadas como la del comandante Luis Piedrabuena, o la invasión del imperio de Brasil (7 de marzo de 1827) que dio origen a la batalla de Carmen de Patagones. “A Chingolo le hubiera gustado estar acá, debe estar contento”, asegura el hombre.

El futuro

Joaquín De Bento es productor de eventos, bajo la firma Los Anónimos, y es uno de los impulsores de la Otaku Con. Todavía envuelto en la vorágine de un evento que entre las dos jornadas atrajo a unas 6.000 personas, cuenta que aquello que más le llamó la atención fue la capacidad de resguardo de las personas con discapacidad que se acercaron porque pudo observar que en varios personajes encontraban una fortaleza o un empoderamiento.

El organizador reconoció que la temática es de un determinado nicho pero señaló que también abrió un portal a gente que no estaba vinculada a esta propuesta cultural, y que se inclinó por la experiencia de vivir algo nuevo en la ciudad.

“Más allá de ser inédita en término de volúmenes y cantidad de artistas que tuvo la convención, ha marcado un hito en cuanto a formato y convocatoria”, dijo al comparar la magnitud del evento, y la buen impresión que dejó, con los comienzos de Bariloche a la Carta. De hecho, es el modelo de crecimiento al que apuntan con una Otaku Con que, en su primera edición, atrajo artistas, expositores y cosplayers de El Bolsón, Lago Puelo, Cipolletti, Neuquén, Buenos Aires, Santa Fe y Chaco.

De Bento destacó el compromiso de los cosplayers con la propuesta que también estuvo pensada para el disfrute de aquellos que no se encuentran inmersos en esa cultura. Es por eso que muchos de ellos participaron de la Cosplay Walk programada dentro de la agenda de la Fiesta Nacional de la Nieve.

El propio organizador sintió en carne propia algo que les sucedió a muchas familias. Es que a través del manga y el animé encontró un nuevo canal de diálogo con su hija de 9 años. “Hace diez días que está trabajando en su cosplay”, menciona.

De Bento también rescató que esta cultura vuelve a traer a la literatura física a través del manga en tiempos donde las pantallas se imponen. “Sino sabemos que todo muere en lo digital”, analiza acerca del día a día en el que están sumergidos los más jóvenes.

La Otaku Con fue una experiencia distinta en un fin de semana con todo tipo de eventos. Es por eso que antes de finalizar comienzan a delinear lo que podría ser un evento similar pero durante el verano, aprovechando también las ventajas de estar al aire libre “en un contexto más natural y que pueda albergar más gente”.


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