Espuma en el lago "reflotó" la polémica por la contaminación en el Nahuel Huapi

 Con la llegada de las altas temperaturas durante el fin de semana, fotos y videos publicados en redes sociales mostrando la presencia de espuma en la costa del lago Nahuel Huapi (en la zona del Centro) encendieron nuevamente las alarmas respecto a la salud del espejo de agua y las áreas habilitadas para uso recreativo. A un mes del inicio de la "temporada de playa", la polémica sobre el estado del lago vuelve a salir a flote.

Pedro Temporetti es investigador del CONICET y formó parte del grupo de Calidad de Aguas y Recursos Acuáticos del INIBIOMA. En diálogo con Diario El Cordillerano, el especialista afirmó que, si bien el emblemático lago patagónico presenta contaminación en algunos sectores, los valores aún no son alarmantes.

El Nahuel Huapi es un lago de origen glaciar, compartido por las provincias de Neuquén y Río Negro y rodeado por el parque nacional homónimo. Se caracteriza por sus profundas aguas de color azul intenso, una superficie de 557 km² y una profundidad máxima de 464 metros. Tiene ocho brazos principales y varias islas, lo que lo convierte en uno de los más grandes del país.

“Si hablamos de todo el lago, no es preocupante el nivel de contaminación. Una primera aclaración: en su totalidad no está contaminado”, aseguró Temporetti.

Una de las zonas más conflictivas es la costa del ala este. “Si vamos a los detalles, hay sectores que sí presentan signos de contaminación asociados a la acción antrópica. Estas son zonas costeras, entre ellas Bahía Serena, el mallín del kilómetro 12, Campanario, Puerto San Carlos, Playa Bonita, la zona del kilómetro 4, la playa del Centro y, principalmente, el este”, señaló.

En la misma línea, detalló que las áreas mencionadas (asociadas a la presencia de asentamientos urbanos) “presentan signos de contaminación con materia fecal; puede haber bacterias coliformes. En Playa Bonita y en la desembocadura del Ñireco pueden encontrarse indicadores de contaminación fecal por falta de infraestructura. No hay otra causa que la falta de infraestructura: no hay servicio de cloacas y hay pocas conexiones al sistema cloacal. El sistema llega hasta el kilómetro 4 y, de ahí en más, existen pozos ciegos. Todo eso en algún punto del lago tiene que salir”, agregó.

El investigador señaló que “toda contaminación urbana, aunque no ocurra directamente, en algún momento llega a través de las napas, y eso es lo que está ocurriendo en el kilómetro 12. Por suerte, lograron frenar la construcción que se estaba haciendo y que estaba alterando la hidrodinámica del mallín, afectando la calidad del agua del lago”.

Las zonas de Bahía Serena y Playa Bonita “son áreas de descarga clandestina, (no se identifica de dónde vienen, son fuentes difusas), pero se observan arroyos que bajan desde las calles”, advirtió.

Respecto de las áreas que no presentan contaminación, Temporetti indicó: “El centro del lago y los distintos brazos que no tengan asentamientos urbanos”.

Sin embargo, advirtió sobre los riesgos del uso recreativo en zonas con contaminación: “Las áreas costeras son las más impactadas. Es probable que un uso recreativo termine en una gastroenteritis porque si una persona traga agua, es de un sector contaminado con líquidos cloacales”.

El investigador recordó que “el DPA, junto con la AIC, tiene un sistema de control de bacterias; ellos son los que habilitan las playas. Hay que estar atentos a cuáles están habilitadas para el uso recreativo”.

¿Qué es el alga verde que aparece en la costa del lago?

En cuanto al material viscoso y verdoso que envuelve las piedras de la costa en la zona del Centro, el biólogo aclaró: “Eso aparece principalmente como consecuencia de la contaminación. El verdín que se ve suele estar asociado al aumento de nutrientes provenientes de la actividad humana. Se trata de algas que se adhieren al sustrato, como piedras, y proliferan en sectores impactados”.

Temporetti advirtió que la dificultad para revertir la contaminación radica justamente en el tiempo que el proceso lleva instalado: “Contaminar un cuerpo de agua lo podemos hacer en tres días: instalamos un caño directo de la cloaca, abrimos la canilla y el crudo va directo. Pero revertirlo requiere considerar factores como el tiempo que lleva contaminado y las características del lugar. El proceso de descontaminación lleva años y, principalmente, mucho dinero: infraestructura, plantas adecuadas y adaptar la ciudad al proceso, que puede llevar años”.

“Cuanto más tiempo pase, peor será para la salud del lago. Contaminarlo al ritmo actual hace cada vez más difícil revertir la situación. La comunidad debe entender que, aunque hoy el lago no esté contaminado en todos sus sectores, muchos podrían verse afectados con el tiempo si no se actúa”, señaló.

Un factor a favor para la salud del Nahuel Huapi es su inmensidad. En este sentido, Temporetti explicó: “Es el segundo lago más profundo del país, con 470 metros. No se sabe con certeza la profundidad, es complicado porque el volumen de agua es enorme y las corrientes son complejas, ya que tiene siete brazos que funcionan como lagos independientes”.

La vida acuática y la contaminación

Cualquier proceso de contaminación, sea por líquidos cloacales o efluentes industriales, tiene impacto en la flora y fauna. “Los organismos tienen umbrales de tolerancia. Si no se superan, están protegidos; si se superan, están comprometidos”, explicó.

“Algunos organismos son más tolerantes a los procesos de contaminación. Puede ocurrir que, aun sin superar el umbral, haya especies menos tolerantes que se vean afectadas, o que prosperen organismos que antes no existían, mientras que otros desaparezcan y dejen espacio para nuevas especies”, concluyó.