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Jornada nacional en defensa de la ciencia: Bariloche se movilizó y advirtió por el cientificidio en curso
El mediodía del miércoles (28/05) reunió en el Centro Cívico a trabajadores, investigadores, docentes, estudiantes y referentes del sector científico y tecnológico de Bariloche. La ciudad, considerada uno de los polos más importantes del país en materia de ciencia y tecnología, se sumó a la jornada nacional de lucha convocada en defensa de la universidad pública y el sistema científico nacional.
La movilización formó parte de una protesta que se replicó en más de diez provincias, con acciones en Tierra del Fuego, Río Negro, Chubut, Buenos Aires, Santa Fe, Mendoza, La Rioja y Tucumán, entre otras.
La medida fue impulsada por la Mesa Federal por la Ciencia y la Tecnología, junto a gremios y colectivos como ATE-CONICET, el Colectivo de Ingresantes a la Carrera de Investigación, RAICyT, trabajadores de la CNEA, INTA, Parques Nacionales, y docentes universitarios, entre otros.
El reclamo apunta al brutal ajuste ejecutado por el gobierno de Javier Milei en el sector, con políticas que implican paralización, desfinanciamiento y vaciamiento institucional.
Entre las medidas denunciadas, se encuentra el congelamiento de ingresos a la Carrera de Investigador Científico y Personal de Apoyo del CONICET, afectando a más de 1.000 concursantes que aún no fueron designados, y la parálisis de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, cuyo principal programa de subsidios (los PICT) lleva siete prórrogas sin ejecución.
La falta de pago de becas, la cancelación de líneas estratégicas y la desarticulación de proyectos como el CAREM-25 y el reactor RA-10 fueron parte del diagnóstico crítico que se visibilizó en la jornada.
En ese contexto, Adriana Serquis, física, investigadora del CONICET y ex presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), habló desde el Centro Cívico barilochense y fue categórica. “Lo que están prometiendo para el área es imposible de cumplir desde lo técnico y desde lo real. Es un blef técnico y político”.
Serquis denunció que el proyecto CAREM-25, primer reactor de potencia íntegramente diseñado y construido en el país, está paralizado con un 65% de avance, y que el gobierno busca reemplazarlo con un prototipo sin desarrollo técnico real ni lugar de instalación.
“Desfinancian lo que ya estaba avanzado para financiar un dibujo”, dijo, y agregó que el 20% del equipo técnico ya renunció, comprometiendo el conocimiento acumulado. “Hay 700 millones de dólares de inversión hundida. Si no se avanza, ese reactor va a quedar obsoleto”.
La investigadora también advirtió sobre el riesgo de frenar el reactor RA-10, esencial para la producción de radioisótopos médicos, y cuestionó la intención oficial de privatizar IMPSA, la empresa que fabricó el recipiente de presión del CAREM. “Eso significa pérdida de industria nacional, de trabajo calificado y de soberanía. Porque lo que no se construye acá se va a tener que importar” alertó.
En paralelo, se denunciaron intentos de vaciamiento en otros organismos como el INTA, donde se eliminaron programas de agricultura familiar, se remata patrimonio y se avanza con despidos. La amenaza de fusionarlo con el INTI podría, advierten, llevar a la desaparición de ambas instituciones.
Los organizadores recordaron que entre noviembre de 2023 y febrero de 2025, el salario real del sector cayó un 36%, y que la inversión nacional en ciencia se redujo a la mitad. “En 2023, el Estado invertía $200 mil millones por mes. En 2025, apenas $100 mil millones. Se retrocedió veinte años en solo un año de gestión”, señalaron.
La consigna que atravesó la jornada fue clara, “Sin ciencia no hay futuro”. Serquis lo resumió así: “Matar la ciencia es matar la posibilidad de desarrollo del país. Si seguimos desmantelando lo que tenemos, nunca vamos a poder construir un futuro distinto”. (ANB)