Bergoglio en 2010:a Massera,yo quiero que aparezcan los curas jesuitas

Ese fue el reclamo que el ahora Papa le realizó al entonces jefe de la Armada durante la última dictadura militar por la desaparición de los curas jesuitas Yorio y Jalics, según contó él mismo en un testimonio que dio en un juicio por crímenes de lesa humanidad en 2010. El video de su declaración ante la Justicia.

l papa Francisco intercedió dos veces en 1976 ante el entonces jefe de la Armada, Emilio Massera, por el secuestro de los jesuitas Osvaldo Yorio y Franz Jalics, según mostró un vídeo publicado hoy sobre su testimonio en un juicio por crímenes de lesa humanidad, en 2010.

"Me reuní dos veces con el comandante de la Marina en ese momento, con Massera", declaró Bergoglio ante el tribunal de Buenos Aires que se encargó de juzgar los crímenes cometidos en la Escuela de Mecanica de la Armada (ESMA), bajo la dirección de Massera.

El papa Francisco declara por la desaparición de los jesuitas Yorio y Jalics.

"Mire, Massera, yo quiero que aparezcan", solicitó Bergoglio, entonces era el padre provincial de los jesuitas, y recordó en el juicio que la reunión con el almirante "fue muy fea" y duró menos de diez minutos. "Era casi seguro que a los dos jesuitas los tenían ellos (sobre la Armada)", sentenció el flamante Papa.

Francisco admitió además que Yorio y Jalics se reunieron con él antes de ser secuestrados, en 1976, pero que la reunión también comprendió "a todos los jesuitas que trabajaban en ese frente de opción por los pobres".

De todos modos, el entonces padre provincial negó haberles hecho reproches y señaló que tampoco notó "nada especial que los acentuara respecto a los otros sacerdotes".

En tanto, durante el juicio, la testigo María Elena Funes, que realizaba tareas de alfabetización y evangelización en el mismo barrio que ellos, declaró que Yorio, quien murió en 2000, le contó que el "jefe de la orden" les había quitado el permiso para ejercer en ese sitio "por razones ideológicas".

Por su parte, Jalics, que vive en Alemania desde 1978, tras conocerse la noticia de que Bergoglio sería el nuevo Papa, estaba "en paz" con el cardenal.