La paradoja de un "Desarrollo Social" sin recursos

 (Por Natalia Gili).- La violenta muerte de David Oyarzo (13) semanas atrás, planteó la discusión pública sobre las instituciones del Estado que tienen a su cargo el destino de niños, niñas y adolescentes que nacen en hogares de riesgo para su integridad física, psíquica y emocional, y son institucionalizados desde pequeños.

En ese marco de debate, uno de los organismos señalados es el Ministerio de Desarrollo Social, del que dependen los Centro de Atención Integral de Niños, Niñas y Adolescentes -de la provincia- conocidos por su sigla como CAINA. Tienen su cuota de responsabilidad también la Legislatura de Río Negro, las Defensorías de Menores del Poder Judicial y los Juzgados de Familia, entre otros.

La Delegación Bariloche del Ministerio, cuenta con dos instituciones-hogar: el CAINA Niños con espacio para 12 chicos de hasta 12 años y el CAINA Adolescentes, exclusivo para mujeres de 13 a 18 años, con lugar para 8 jóvenes (muchas de ellas con hijos). En el caso de los varones adolescentes, solo se dispone del Centro Newentun destinado a menores de edad "en conflicto con la ley". Tiene espacio para 4 personas y en él se alojan jóvenes que han llegado a matar a una persona o han cometido delitos con extrema violencia.

La falta de recursos y de políticas claras para estos hogares es señalada desde hace años por los trabajadores del área pero, hasta la muerte de David Oyarzo, ese reclamo no logró conmover las decisiones de los distintos gobiernos, el de Miguel Saiz primero y el de Alberto Weretilneck después.

Los vaivenes políticos son una muestra clara de la falta de continuidad de los criterios que se vio reflejada en el paso de 3 ministros diferentes y el cambio de 4 delegados de Bariloche, con sus respectivos equipos de funcionarios, en los últimos tres años.

En el marco de la protesta sindical realizada este miércoles y jueves, los trabajadores de Desarrollo Social nucleados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) plantearon una serie de puntos que consideran necesarios para mejorar la calidad de las instituciones y que muestran, por contraposición, el abandono en el que se desempeñan.

Los reclamos señalan cuestiones básicas como contar con "cospeles" para el transporte que permitan la movilidad de los operadores (boletos de colectivo, vales de remis o nafta), tener teléfonos con su carga correspondiente y disponer de computadoras, de impresoras y de artículos de librería.

Pero también piden la "capacitación permanente de todos los trabajadores" sobre las temáticas con las que trabajan y la "revisión de los perfiles de los trabajadores contemplando la complejidad y las competencias que demanda el desarrollo de funciones en cada área". Este punto deja en evidencia otra cuestión: los operadores no solo ingresan a estos dispositivos sin formación ni experiencia previa sino que además no reciben capacitación periódica por lo que "hacen escuela" en la práctica que adquieren allí adentro.

Entre otras cuestiones, los trabajadores hacen hincapié en la necesidad de atender los problemas psicológicos y de consumo de drogas de los chicos y adolescentes, a través de la creación de un Dispositivo de Atención Psicológica Infanto-Juvenil y del fortalecimiento de los Programas Preventivos Promocionales y los Dispositivos Especializados para la atención del consumo problemático de drogas (como La Esquina), tanto en Bariloche como en la Línea Sur.

Los puntos que señalan quienes están día a día en contacto con la realidad de las instituciones dejan más dudas que certezas sobre el desempeño que tiene el Ministerio responsable de buscar alternativas para la vida los niños, niñas y adolescentes de Bariloche y la zona, algo que seguramente se repite en el resto de la provincia.