Lento arranque del invierno en el cerro Catedral

 El ritmo en el cerro Catedral es aletargado. A pesar de que este jueves (18/06) recién se supo que este fin de semana no será la apertura de las pistas de esquí, los más de 150 comercios de la base parecían haber sido notificados hacía tiempo y muy pocos realizaban mejoras o acondicionaban los locales.

Caminar ayer por la base del centro de esquí, era como hacerlo en un pueblo en horario de siesta. Algunos trabajadores recorrían las calles internas con herramientas o escombros que retiraban del sector afectado el 2 de junio por el desborde del arroyo Cascada, en la zona de un depósito de la concesionaria Catedral Alta Patagonia que admitió serios problemas por el desastre del alud (ver aparte).

"Para esta fecha el año pasado ya teníamos un rental (alquiler de equipos de esquí) abierto desde hacía un mes y medio" admitió Néstor, referente de una escuela de esquí y de uno de los tantos locales de alquiler que en esta baja temporada solo abrió al público tres días y debió cerrar porque los ingresos no alcanzaban a solventar los gastos.

En el Catedral cada temporada invernal se habilitan más de 250 actividades comerciales, entre restaurantes, hoteles, complejos turísticos, alquiler de tablas y de ropa, kioscos, chocolaterías, cafeterías e instructores de esquí, entre otros rubros que se dividen en unos 150 locales comerciales. Entre todos, sumada la empresa que explota los medios de elevación, se emplean a unas 3.000 personas que esperan con ansias que la actividad comience. También están los que buscan trabajo a último momento, como este jueves una pareja de jóvenes que con curriculum en mano recorrían los pocos lugares donde encontraban gente.

Hasta ayer, solo un puñado de comercios estaban en actividad. Otro tanto tenía trabajadores en el interior realizando mejoras, y la mayoría aún mantenía las ventanas tapadas, incluso el shopping de la base permanecía con sus puertas cerradas con cadenas y candados.

"Viene todo muy lento y cada año es más lento", admitió uno de los trabajadores que realizaba tareas en un local. Lo mismo Yani, que acomodaba la ropa de un comercio de alquiler y venta de ropa de nieve, que desde hace 20 años trabaja en la base, pero hace dos como "contratada" tras su retiro para disfrutar sin trabajar las bajas temporadas. "Si hubiesen venido el martes o miércoles había más movimiento porque son los días que vienen las excursiones y cuando nieva en la base explota, no sé de dónde sale la gente" dijo la mujer a "Río Negro".

Unos metros más adelante, una cabaña de un intenso color fucsia relucía como nueva. Adentro un grupo de mujeres acomodaban obras de diseño, tejidos y artesanías de todo tipo para tener listo cuanto antes el local del programa de economía social del municipio que reúne a 40 emprendedores. "Tenemos buenas expectativas y el plus de que gente compra directo a quien lo produce, que los que hacemos las cosas los atendemos y se genera otra relación con el cliente" dijo Natalia, una de las emprendedoras del "Refugio de artesanos" que a partir del lunes quedará inaugurado oficialmente.