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Llega el gas a los barrios Nahuel Hue y Nuestras Malvinas

 Una de las pocas obras públicas que no paró durante el invierno y se ejecutó casi por entero en período de pandemia está a punto de quedar terminada y los futuros beneficiarios esperan ansiosos el momento, que está llamado a cambiarles la vida.

La red de gas para los barrios Nahuel Hue y Nuestras Malvinas ya está terminada en su primera etapa y sólo falta que la distribuidora Camuzzi Gas del Sur complete el “empalme” con la red troncal, que se demoró unos días porque el empleado responsable entró en aislamiento obligatorio al contagiarse coronavirus.

Los operarios de la empresa Alusa SA, con el seguimiento de los inspectores del Promeba, avanzaban hace unos días con la prueba de hermeticidad en otros tramos, mientras los frentistas seguían con atención el zanjeo y los movimientos de máquinas.

Hay jóvenes que se criaron en el barrio y tienen incorporado como un tatuaje la dependencia de la leña y la garrafa, con el hábito de ajustar lo máximo posible el uso de los combustibles (y pasar frío si hace falta) para que el gasto no se dispare. Es el caso de Gastón Amuñanco, cuyos padres todavía viven en Nahuel Hue y los visita con frecuencia. En el terreno de la familia ya está casi lista la instalación interna, un lujo que no todos pudieron anticipar porque demanda una inversión importante. “La leña se compra algunas veces, y si no vamos a buscar, donde nos enteramos que hay una limpieza -contó Gastón-. No, vehículo no tenemos. Si vale la pena se contrata un flete”.

Comprar un metro cúbico de leña cuesta entre 2.000 y 3.000 pesos, según la calidad, y según el uso que se le dé no dura más de una semana. Complementan con garrafa para cocinar, a 500 pesos los 10 kilos, y también necesitan entre cuatro y cinco por mes. Otros se valen de estufas eléctricas, lo que termina por abultar la factura de la CEB. En suma, una familia de cuatro miembros y una vivienda mediana necesita para calefaccionarse, cocinar y tener agua caliente no menos de 10 mil pesos por mes.

Quienes cuentan con gas natural aseguran que la factura mensual no supera los 2.500 pesos por mes.

Adriana Nicolás vive también en Nahuel Hue, con dos hijos de 7 y 10 años. Para ella el costo de conexión es muy alto (arriba de los100 mil pesos) pero no dudó en encarar la obra. Ya compró los caños y empezó a consultar por los servicios de un gasista matriculado.


Operarios de la empresa contratista realizan zanjeos en los barrios Nahuel Hue y Malvinas. Foto: Alfredo Leiva
“Supongo que con el ahorro se puede pagar en no mucho tiempo”, aseguró. Pero el tema económico no es el único, Manejarse con leña es un trastorno y un problema permanente. Adriana sostuvo que “hay que estar siempre pendiente, cuidar que no se acabe, asegurarse de que no esté húmeda”. Y en su caso además, contratar a alguien que se la troce a tamaño de salamandra, porque la leñeras la venden grande y no está en condiciones de usar el hacha.

Dijo que muchos en el barrio no se van a poder conectar de inmediato porque “hay que tener el dinero” y si hay planes de crédito no son para cualquiera, “porque hace falta recibo de sueldo”, y casi nadie trabaja en blanco.

El subsecretario de Obras Públicas del municipio, Alfredo Milano, reconoció que lo económico un obstáculo grande para lograr que el barrio adopte el nuevo servicio de manera masiva. Calculó que el costo de la instalación interna no baja de los 170 mil pesos, con dos calefactores incluidos. Y dijo que Camuzzi en algunos casos para habilitar exige reformas en las viviendas, lo cual eleva el presupuesto. Por ejemplo las paredes detrás de los calefactores deben ser de material ignífugo, tiene que haber buenas ventilaciones y las ventanas deben estar vidriadas. No se autoriza si tienen plásticos, como ocurre con muchas casillas del barrio.

Sondeo
Nahuel Hue se extiende hacia el sur de la ruta Juan Herman, en la Pampa de Huenuleo. Nació como una toma, aledaña al barrio Nuestras Malvinas, hoy está parcialmente regularizada y alberga a no menos de 3.000 familias. En total la obra completa de gas beneficiará a 4.800 frentistas y comprende también parte de los barrios Malvinas, El Frutillar y El Maitén. Lo que está próximo a estrenarse es la primera etapa, aunque las restantes también avanzan a buen ritmo.

El municipio inició un relevamiento entre las familias que en pocos días tendrán el gas a disposición a fin de comprobar quiénes cuentan con la conexión interna lista para abrir la llave de paso. Según Milano, el porcentaje todavía es bajo, pero en el verano habrá muchas obras en el barrio, y algunos vecinos buscan asociarse para bajar costos.

Una larga historia
Cuando el municipio arma cada año los diagramas del plan Calor sabe que una buena parte de la leña terminará en Nahuel Hue, por densidad poblacional y por el impedimento de las familias que allí viven para acceder a otros combustibles. La presidente de la junta vecinal, Virginia Gualmes, dijo que en el último invierno fueron 900 los anotados para recibir esa ayuda.

Los reclamos para contar con la red de gas empezaron hace ya una década y las expectativas empezaron a encontrar respuesta en noviembre de 2014, cuando el municipio firmó con Nación los convenios para desplegar el plan Promeba en un amplio sector de la Pampa de Huenuleo. El plan incluyó obras de pluviales, cloacas, gas y otros servicios, pero la red de gas de Nahuel Hue quedó excluida del proyecto original y quedó ecién para el llamado “Promeba III”, que no se licitó hasta 2019.

Algún pronóstico optimista dijo que la obra estaría lista para el invierno 2020, pero el fluido recién correrá por los caños entre octubre y diciembre, de modo que el primer invierno con gas de red será en 2021.

Gualmes reconoció que para la gente “es un costo importante” realizar su instalación domiciliaria, pero “al menos no tuvieron que pagar nada por la red” que sirve a a más de 30 manzanas y se ejecutó con fondos nacionales, sin planes de “recupero” como ocurre en otros barrios.

La dirigente barrial dijo que el acceso al gas “es un gran adelanto”. Dijo haber recibido muchas críticas durante la gestión previa y de algún modo se siente reivindicada por el logro. “Muchos decían que nunca se iba a hacer la red de gas,pero eran mentiras”, señaló.


En plena obra, los operarios realizan la instalación del gas en Nahuel Hue. Foto: Alfredo Leiva
Para Gualmes la instrumentación de un programa de “facilidades” para las conexiones internas sería una buena ayuda, pero “también hay que ver cada caso, porque hay gente que toma crédito, lo firma, pero después deja de pagar”.

Andar a pie, pero conectar el gas

Entre quienes esperan con impaciencia la finalización de la red de gas está Gustavo Lugo. No está entre los más favorecidos, porque vive en un terreno grande y desde la línea municipal hasta su vivienda hay casi 40 metros, lo cual encarece la obra de conexión.

Mientras observaba días atrás el trabajo de las máquinas de la contratista Alusa, le aseguró a este diario que el gas “es un gran cambio para el barrio, un regalo para ser aprovechado, porque sería imposible de pagar” si la obra estuviera a cargo de los vecinos.

Dijo igual que para llevar el gas hasta su casa tendrá un gasto importante, aunque no duda en darle máxima prioridad. “Voy a reventar un autito que tengo para poner la plata ahí, así llego con gas al invierno que viene”, señaló Lugo.

Lleva 8 años radicado en Nahuel Hue, trabaja como empleado de seguridad y siempre su economía estuvo condicionada por las necesidades de calefacción. Dijo que suele gastar en invierno hasta 10 mil pesos mensuales en leña y otros 2.000 en garrafas.

Pero, a su entender, el gas de red “no sólo permite ahorrar plata, sino que se gana también en comodidad y en seguridad”. Recordó que los calefactores eléctricos y las estufas de leña, que la gente deja prendidas mientras duerme “son un riesgo constante y han ocurrido muchos incendios”.

También el que tiene gas natural se olvida de las recargas de garrafas, la molestia de quedarse sin gas “con el pan en el horno”, la manipulación y acopio de leña, la contratación de fletes y el acarreo de garrafas cuando el barrio suele estar tapado de nieve. Menesteres que ya son marca registrada en barrios postergados como Nahuel Hue.

El detalle de la obra
La primera etapa de la red de gas de Nahuel estará lista para entrar en servicio antes de que termine octubre y beneficiará a 380 lotes, aseguró Alfredo Milano.

El funcionario municipal dijo que la contratista Alusa empezó a trabajar en el terreno una semana antes de la cuarentena y no paró en todo el invierno, aunque lleva un atraso de dos meses por contingencias climáticas. El presupuesto original era de 58 millones de pesos pero, con los ajustes por mayores costos, ya va por los 80 millones.

La obra total comprende unas 35 manzanas y luego de la primera etapa continuará con otra en El Frutillar y pequeños sectores (en ciertos casos una sola cuadra) que todavía carecen de gas natural en El Frutillar y en El Maitén.

En el tramo con mayor grado de avance los caños ya están enterrados y probados, solo falta el “empalme”, que es responsabilidad de Camuzzi. En otros la empresa completó la última semana las pruebas de hermeticidad, con la supervisión a cargo del inspector del Promeba Tomás Rezelj.

Milano dijo que “hoy una interna con calefactores incluidos cuesta 170 mil pesos” y el porcentaje de adhesión todavía es bajo, porque “la gente está saliendo del invierno y no podía ponerse a hacer la obra interna mientras tenía el gasto abultado de calefacción”. Pero estimó que muchos la ejecutarán en el verano. Señaló que “al día de hoy el 18% declaró que se conectaría” y alrededor del 10% tiene que realizar adecuaciones en la vivienda, además de tender el caño interno y colocar los artefactos.

Calculó que “todos o una gran mayoría, van a tener el gas el próximo invierno”. El municipio estudia “algún mecanismo de crédito” para ayudar con las obras domiciliarias, según dijo Milano. Agregó que Camuzzi también suele tener líneas de ese tipo “pero por ahora no llegaron a la zona”.

Recordó que el Promeba de Pampa de Huenuleo no fue tan amplio como el desplegado años antes en las 34 Hectáreas (barrios Unión y 2 de Abril) donde incluyó redes de servicios pero también mejoras habitacionales que incluían la instalación interna de gas y cloacas.

La presidente de la junta vecinal del Unión, dijo que allí también dependieron de la leña mucho tiempo hasta que se conectaron al gas en 2010. “El cambio fue enorme para las familias”, aseguró.

Dijo que “plan de pago no hubo” para el gasto de conexión, pero “algunos esperaron las mejoras habitacionales, porque incluía la instalación interna”. Según Reuque hoy “una casa tipo gasta 3.500 pesos de gas por mes, cuando el metro de leña cuesta 2.000 pesos y dura una semana, a lo que se debe agregar la garrafa para cocinar”.

La dirigente aseguró “por experiencia propia” que el acceso al servicio es fundamental y “mejora mucho la calidad de vida”.


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