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Los cardenales elegirán al sucesor de Benedicto XVI sin un claro favorito y con divisiones
Cardenales de todo el mundo comenzaron esta mañana en el Vaticano el cónclave para elegir un nuevo papa que reemplace a Benedicto XVI, aunque la Santa Sede anticipó hoy que es poco probable que se designe al pontífice en la primera jornada.
Sin favorito claro y con divisiones entre los purpurados, el conclave llega marcado por la renuncia de Benedicto XVI, la primera de un pontífice en 600 años, y por el escándalo de filtración a la prensa de documentos papales conocido como Vatileaks, que el año pasado reveló internas y aparente corrupción en la Santa Sede.
Reunidos en el Vaticano desde hace una semana para preparar el cónclave, los cardenales mantuvieron hoy el último encuentro previo y abordaron el tema del funcionamiento de la banca vaticana, que quedó salpicado de sospechas de desmanejo cuando la prensa italiana publicó los documentos robados a Benedicto XVI.
Así lo dijo el vocero vaticano, el padre Federico Lombardi, en una rueda de prensa celebrada tras concluir la décima y definitiva reunión general, a la que asistieron los 115 cardenales electores y los purpurados mayores de 80 años, antes de que se inicie mañana el rito de la elección del sucesor de Benedicto XVI.
Si bien el vocero vaticano reconoció que se "habló de los temas económicos, que son importantes" de cara a los desafíos de la Iglesia, también insistió en que la preocupación central de los cardenales es la elección del Sumo Pontífice, por lo que abordaron el perfil y las cualidades que debía tener el próximo papa.
Aunque no es obligatorio votar en el primer día del cónclave, el Vaticano distribuyó hoy un esquema en el que se prevé, en horas de la tarde, una primera votación y su correspondiente "fumata", es decir el humo que anuncia si se eligió papa -que en este caso es blanco- o si todavía no -que es el caso de la "fumata negra"-.
Lombardi dijo hoy que, como es habitual, no se espera que los cardenales elijan papa en esta "posible" votación inicial, por lo que lo más probable será que haya "fumata negra".
El vocero agregó que, en la reunión de hoy, el cardenal Tarsicio Bertone, como presidente del Consejo de Finanzas del Instituto de Obras Religiosas (IOR), más conocido como banco vaticano, explicó el “proceso de control y transparencia que la Santa Sede está llevando a cabo” a solicitud de las autoridades europeas.
CONOCER LA VERDAD
La situación interna de la Santa Sede volvió a primer plano en las discusiones de cara a la elección del papa después de que en la primera de esas reuniones, el lunes pasado, varios cardenales exigieron “conocer la verdad” del Vatikeaks.
En los documentos, publicados por la prensa italiana el año pasado, el banco vaticano aparece involucrado en casos de lavado dinero, vinculado a la mafia y como escenario de la lucha por el poder entre dos sectores del clero, uno dirigido por Bertone y el otro por su antecesor en ese cargo, Angelo Sodano.
El regulador europeo emitió en julio del año pasado una evaluación que aprobaba la gestión del banco de la Santa Sede, pero la institución financiera se comprometió a reformar su sistema de vigilancia "para adecuarlo a los estándares internacionales de confianza".
A tenor del debate, la percibida falta de transparencia en la gestión vaticana preocupa a los electores, sobre todo a un bloque al que la prensa italiana bautizó como los “pastoralistas”.
Este bloque, según los diarios locales y vaticanistas consultados por Télam, está encabezado por “extranjeros” -estadounidenses, alemanes y brasileños no residentes en el Vaticano- que apuestan por una “renovación” en la Iglesia.
En su encuentro con la prensa, Lombardi destacó el ambiente “sereno” en el que se llevaron a cabo las intervenciones y discusiones en la reunión final de hoy.
De hecho, Lombardi reveló que hubo 28 intervenciones –en total 161 en diez reuniones- y que había un “número importante” de cardenales que querían seguir debatiendo.
Sin embargo, el colegio cardenalicio consideró por mayoría que las discusiones debían finalizar para que los electores se preparen a ingresar a la Casa de Santa Marta, donde permanecerán mientras dure la elección del sucesor de Pedro, cuando ya no podrán hablar más que con Dios y su propia "conciencia".
SCOLA Y SCHERER, CON VENTAJA
De acuerdo con la prensa italiana, a pocas horas de la apertura del cónclave, dos cardenales, el italiano Angelo Scola, el carismático arzobispo de Milán, y el brasileño Odelio Scherer, arzobispo de San Pablo -la mayor arquidiócesis del mundo-, son los mejores posicionados para llegar a jefes de la Iglesia católica.
Sin embargo, la elección parece estar muy abierta, puesto que ninguno de los máximos candidatos acariciaría los 77 de los 115 votos necesarios para ser elegido papa.
Siempre de acuerdo a la prensa italiana, Scherer sería el candidato de consenso impuesto por la curia -por los “bertonianos” y los seguidores de Sodano- y aceptado también por los “pastoralistas”, en su mayoría “extranjeros”, es decir, no italianos, aunque éstos y los “europeos” preferirían a Scola.
Otros candidatos que siguen con fuerza son el franco canadiense Marc Ouellet, el húngaro Péter Erdo, el austríaco Christoph Schönborn y los estadounidenses Timothy Dolan y Sean O’Malley.
También aparece en las preferencias el nombre del filipino Luis Antonio Tagle o el mexicano Francisco Robles Ortega.
El diario italiano La Repubblica advierte que Dolan es el candidato “tapado” que puede dar la sorpresa.
Todos los candidatos son considerados “conservadores”, aunque la elección de uno u otro puede suponer una gran diferencia de cara a las pretensiones de los que buscan un Papa con carisma y perfil pastoral, pero con fuertes vínculos con la curia para imponer mano de hierro y ordenar las cosas en el Vaticano.
Los analistas coinciden en que, por la elevada cantidad -ocho- de reuniones previas preparatorias, que es donde realmente se llevan adelante las negociaciones, el cónclave será corto.
Pero en caso de prolongarse el proceso, si después de tres días no se alcanzó la mayoría, las leyes vaticanas establecen que habrá un día de pausa para la reflexión y oración, y habrá otros tres días con siete votaciones y así hasta el decimoprimer día, que se votaría entre los dos candidatos con más apoyo.