Desde muy temprano, tres columnas de fieles partieron desde diferentes parroquias de la ciudad para confluir en el santuario ubicado sobre la ruta provincial 82, a la altura del camino al cerro Catedral. El día acompañó con un cielo despejado y una brisa fresca, enmarcando una jornada cargada de espiritualidad, gratitud y emoción.
El lema de este año, “Madre, somos tu pueblo, danos esperanza”, resonó entre los cánticos, las oraciones y las expresiones de fe de los peregrinos que avanzaban con imágenes, banderas y flores, en una verdadera muestra de comunidad.
Las familias, los jóvenes, los grupos de parroquias y comunidades religiosas se unieron en un mismo propósito: rendir homenaje a la Virgen y pedir por paz, salud y esperanza.
El obispo de Bariloche, monseñor Juan Carlos Ares, encabezó la celebración y recordó la coincidencia de esta 32° edición con la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos y el Año Jubilar de la Esperanza, lo que permitió a los fieles solicitar la indulgencia plenaria.
“Queremos que esta peregrinación sea un acto de amor y confianza, de caminar juntos como pueblo de Dios, pidiendo a la Virgen que renueve nuestra esperanza”, expresó el obispo durante la misa central al mediodía.
Como cada año, Protección Civil, Bomberos Voluntarios, la Policía de Río Negro y personal de Salud Pública acompañaron el recorrido, garantizando la seguridad y la asistencia de los peregrinos.
La jornada cerró con una segunda misa por la tarde, destinada a quienes se acercaron en vehículos. En el entorno natural de la Gruta, entre oraciones y lágrimas de emoción, se vivió un domingo de profunda espiritualidad y comunión comunitaria, donde la fe volvió a reunir al pueblo de Bariloche a los pies de su patrona. (ANB)