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Preocupación por la cuenca del Ñireco: caminata para visibilizar su fragilidad y el riesgo ambiental
Como parte de las acciones de visibilización que se están desarrollando debido a la preocupación que envuelve a habitantes de Bariloche por las consecuencias de posibles trabajos de diversa índole en la cuenca del arroyo Ñireco, se llevó a cabo una caminata por la zona, con gran asistencia de gente.
Cabe recordar que en febrero ya se había realizado una medida similar.
Aquella vez, la organización corrió por cuenta de la junta vecinal Villa Lago Gutiérrez, que agrupa a cuatro barrios, tres de los cuales dependen del agua que llega desde ese sector.
En esa oportunidad, se conformó un grupo conformado por gente también de otros sectores de la localidad, debido a la intranquilidad que causa el tema.
La intención, según indicó el presidente de la junta vecinal Villa Lago Gutiérrez, Nicolás Carini, es “cuidar el cauce del arroyo y también mantener el entorno natural”.
En tal sentido, cuando se anunció la última actividad, que se hizo el sábado, se indicó que el Ñireco “abastece al menos a un cuarto de la población del Alto y el sur de la ciudad”.
Asimismo, se apuntó al inconveniente que motiva el temor a que se interfiera de un modo indebido, ya que existe un tramo de terreno que devino en un sinfín de idas y vueltas judiciales entre una comunidad mapuche y un privado. En tal sentido, los impulsores de la medida de visibilización apreciaron que el desalojo de la lof posibilita “el campo libre a desarrollos privados que podrían comprometer el cauce del arroyo”.
“Cualquier cosa que se realice ahí nos preocupa”, sostuvo Carini.
En esta ocasión, para exponer el miedo frente a posibles consecuencias, se optó por caminar por un terreno que antecede al lugar en conflicto.
Hubo diversas paradas, donde especialistas expusieron su parecer.
Por ejemplo, hablaron la geóloga Silvia Uber, el ambientalista Alejandro Beletzky y el arquitecto y especialista en urbanismo Norberto Rodríguez. “Todo nos permitieron ampliar nuestros conocimientos sobre el entorno, es decir, las condiciones particulares de fragilidad que hay en el valle por el que discurre el Ñireco, y las razones por las cuales no debería habilitarse ninguna clase de emprendimiento en esa zona, ni productivo ni inmobiliario”, afirmó Carini, quien remarcó: “Un desarrollo que se haga, de cualquier clase, puede ser potencialmente dañino para la calidad del agua del arroyo y el medioambiente en general”.