Noticias de hoy

Procesan por estafa inmobiliaria a escribana Adriana Serenelli y falso dueño de terreno
Procesan por “estafa” inmobiliaria a escribana de Bariloche y falso dueño de terreno
La denuncia penal fue presentada por una joven pareja oriunda de Buenos Aires que planeaba asentarse en Bariloche. Con el aval de una conocida escribana local, compraron un lote en Melipal, pero el terreno ya tenía propietario. El diligenciador judicial y falso dueño del terreno, y la escribana fueron procesados por “estafa”. El Colegio de Escribanos suspendió la matrícula de la profesional. El testimonio de los damnificados.
Procesaron a dos barilochenses por "estafa" inmobiliaria. Se trata de la escribana Adriana Serenelli y el diligenciador judicial Rubén Gunkel. La denuncia penal fue radicada por una joven pareja de Buenos Aires, que en 2008 compró un lote en ubicado sobre la calle Ojos Del Salado, en el barrio Melipal de Bariloche, con el objetivo de mudarse en búsqueda de “tranquilidad”.
Gunkel se presentó como el propietario del terreno y con el aval legal de la escribana Serenelli, les cobró una seña inicial a modo de reserva por 4 mil dólares –el costo total del lote era de 30 mil dólares-. Esa operación se realizó en la escribanía de la mencionada profesional, quien sin embargo no certificó con su firma el acuerdo.
Días más tarde, los compradores fueron convocados nuevamente a la escribanía para adquirir el boleto de compra –venta del terreno y saldar el total de su valor, es decir los restantes 26 mil dólares.
En esa oportunidad, los compradores exigieron a Serenelli que rubrique el boleto de compra- venta, pedido al que la profesional accedió.
La pareja damnificada se dirigió entonces a su lote para iniciar tareas de mejoras “con toda la ilusión”, según expresaron a ANB. Una vez allí, un vecino los interpeló acusándolos de usurpadores. Ellos le respondieron que acababan de adquirir el lote y que seguramente él no había sido notificado todavía.
No obstante, el vecino insistió en que el dueño no había vendido su lote, y que estaba en Europa. Luego de una larga charla y de atar cabos, la pareja comprendió que había sido estafada por Gunkel, con pleno respaldo legal de Serenelli.
Para terminar de comprender la ilegal operación, la compradora -cuyo nombre prefirió no revelar- verificó la información, mediante una comunicación telefónica a Europa, con el propietario de la tierra: “Nos explicó que en el año '50 su padre había comprado el lote y que por sucesiones pendientes, jamás lo puso a la venta”, detallaron los perjudicados a ANB.
Según quedó asentado en la causa judicial iniciada por los damnificados, oportunamente no insistieron en comprobar los informes de dominio del terreno, tramitados en la localidad de Viedma, “para que la escribana no pensara que le teníamos desconfianza”, indicaron. En esa documentación, figuraba el nombre del verdadero dueño del lote, y -siempre según el expediente- Gunkel sólo había logrado obtener una cesión de derechos sobre el terreno –avalada con la firma de Serenelli-, pero eso no lo habilitaba a comercializarlo.
La cesión de derechos no comprometía a Serenelli, pero la prueba de la “estafa” se obtuvo a través de su firma en el boleto de compra-venta. “A nuestra causa se anexaron muchos casos más que también fueron estafados por esta gente. A otros, Serenelli no les había firmado el boleto de compra–venta, y no pudieron probar la estafa”, relató la pareja.
Con el patrocinio legal del estudio de abogados Núñez-Galiani, la pareja damnificada radicó en 2009 una denuncia penal por “estafa” contra Serenelli y Gunkel.
Durante el pasado mes de octubre, ambos fueron procesados por el hecho -por el Juzgado de Instrucción Número 2, a cargo de Martín Lozada-, y el Colegio de Escribanos le suspendió la matrícula a Serenelli. La profesional solicitó que se le restituya –hasta que la causa tenga sentencia firme-, y en los próximos días se definirá si se sostiene la decisión o es rectificada.
La joven pareja de perjudicados que buscaban asentarse en Bariloche en busca de “una sociedad y ambiente sanos” para criar a sus dos hijos, debió padecer además lo que definieron como un “trabajito psicológico” por parte de Gunkel.
“Nos llamó y nos citó unas 15 veces con promesas de devolvernos el dinero. Jamás cumplió, quería que el tema se dilatara para lograr que nos cansemos y no presentáramos la denuncia penal”, analizaron.
La mujer estafada se sumió en una profunda depresión y sufrió secuelas físicas. Relató que tanto Serenelli como Gunkel decían desconocerse y se echaban culpas mutuamente. La Justicia probó que ambos conocían que el lote no podía ser vendido.
Sobre Gunkel pesan otros procesamientos por “estafa” y en 2009 fue condenado a un año de prisión condicional por una causa similar. Se lo consideró responsable de una "estafa por abuso de confianza". En esa oportunidad cobró 18 mil pesos a una pareja por una operación inmobiliaria que nunca se concretó.
Pese a lo ocurrido, la pareja damnificada decidió quedarse en Bariloche y a través de dos préstamos bancarios, compraron una nueva casa. “Nos tuvimos que endeudar”, explicaron, dolidos, finalmente. (ANB)