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Repudiable amedrantamiento a periodista de DDB
El dueño de ANB, Santiago Rey, lejos de justificar una molestia con este medio (DDB), optó por increpar por teléfono a Florencia Guiot, una de las periodistas de nuestro diario (justamente la única femenina del equipo de trabajo) para “advertirle que no se vuelva a acercar a ninguno de ellos” (periodistas de ANB). Poco periodístico, poco profesional y poco democrático; así elige manejarse Rey, ante la necesidad de amedrentar con su postura violenta, a quien pertenece al medio de comunicación que defiende un modelo político con el cual él no está de acuerdo.
En primera instancia, uno cree que es una paradoja, pero después cae en la cuenta de que se trata de algo que, en definitiva, es adrede. En el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, la periodista de DDB, Florencia Guiot, recibe un llamado nocturno alrededor de las 12 de la noche. El número, conocido en el ambiente, era desde el celular del dueño de uno de los medios digitales de la ciudad, o si se quiere del ex funcionario radical del Gobierno de Miguel Saiz.
Se trataba, nada más y nada menos que de Santiago Rey, el dueño de Agencia de Noticias de Bariloche (ANB), para quien el saludo de la periodista en el Beer Art fue un disparador inusitado de violencia verbal. Lo extraño del caso, fue que Rey respondió cordialmente al saludo durante el acontecimiento social, pero dos horas más tarde de la fiesta que congregó a la ciudadanía barilochense, Rey llamó desde su propio celular para gritar que ese simple saludo fue un “agravio”, o al menos eso dio a entender.
Envalentonado y fuera de sí, llamó “para advertirle” a la periodista que no se le vuelva a acercar. Las palabras exactas fueron las siguientes: “Florencia no tenés autoridad moral para dirigirte a mí, ni a ninguno de nosotros. Vos sabés lo que publica tu medio, las cosas que dicen de nosotros”.
Santiago Rey jamás dejó que Florencia Guiot responda a nada de lo que se la estaba increpando. Lejos de lo que suele escucharse a través de KMFM, estaba fuera de sí, con ira.
En todo caso, se trató de un monólogo para amedrentar el trabajo de los periodistas de DDB, y Rey eligió cuidadosamente el contexto y la persona a quién dirigirse.
“Nosotros hacemos periodismo en serio, no como ustedes. No vuelvas a acercarte, y mucho menos a hacerte la amiguita. Y no me digas nada porque no quiero escucharte”, fueron las palabras de cierre de ese monólogo autoritario y sin motivo a la vista.
Porque lo cierto es que Santiago Rey realiza ese llamado, luego de averiguar el número de teléfono de la periodista, pero no dice qué es lo que realmente le molesta, qué notas, qué información, ¿qué es lo que realmente le incomoda a Santiago Rey para hacer semejante cosa? ¿Le molestará que DDB defienda ideas que no comulgan con su partidismo o con su historia militante? ¿Le molestará que este medio defienda ideas cercanas al modelo que impulsa el Gobierno Nacional? ¿O acaso tiene un problema específico con las mujeres?
Santiago Rey llama para amedrentar por teléfono porque le teme al debate público. Es una actitud cobarde, misógina, autoritaria. ¿Si le molesta tanto lo que DDB publica, por qué no responde por su medio? Es extraño que prefiera este tipo de prácticas de apriete.
Una vez más, el amedrentamiento a los periodistas, en este caso; lo triste, es que esta práctica provenga de un propio periodista. Y, además, que se iguale a la práctica del Grupo Clarín, para amedrentar las voces que no son él mismo. Ahora, no sólo buscando la autocensura de un medio de comunicación sino también con un claro objetivo de demostrar quién manda en el plano periodístico local.
Santiago Rey no llamó por teléfono a ninguno del resto del equipo de trabajo de Diario Digital Bariloche o Radio O FM 102.5, quienes también desarrollan sus tareas, según Rey, de una forma incorrecta y poco profesional. No llamó a ninguno de ellos sencillamente porque son hombres.
A tan pocos días de una fecha clave, el 7D, en la que debemos, como medios de comunicación, pregonar por la democratización de la palabra, nos parece más que válido repudiar situaciones como éstas. Debemos defender el debate de ideas, la sana confrontación de opiniones, es decir, la democracia.