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Se expone en la sala del ex correo, la historia de la virgen del Nahuel Huapi
Se presentó ayer, una exposición acerca de la procedencia de la Virgen Nuestra Señora del Nahuel Huapi, donde estuvieron presentes Renato Cárdenas Alvarez que es el máximo exponente de la historia de la Isla de Chiloé y el artesano que llevó a cabo la imagen de la virgen, Milton Muñóz, así como miembros de la capilla de la ciudad de Achao, donde se encontraba la virgen.
En la presentación estuvo presente el obispo de la diócesis de Bariloche Fernando Maletti y el padre Pascual.
El historiador llegó para llevar a cabo varias charlas que hacen a este riquísimo tema, que comienza con la virgen del Loreto en la isla de Chilóe y que termina con la réplica que llegó hace exactamente tres años a esta ciudad y que la devoción y agradecimiento católico llegó a generar peregrinaciones náuticas cada año, para celebrar su arribo a estos pagos.
Cárdenas Alvarez conoce de los mitos y leyendas de esta región patagónica, en especial de la que respecta a la mítica ciudad de los césares, que está junto a la Cordillera.
La muestra está disponible en la sala del ex correo, ubicada en la sala de informes turísticos en el Centro Cívico.
La historia
La Misión Nahuel Huapi (1672- 1717) fundada por el padre Nicolás Mascardi, fue presidida por una imagen de la Virgen, que Mascardi llamó "Nuestra Señora de los Poyas". La imagen había llegado desde Perú y, muy probablemente, fue tallada en Ecuador con madera de la zona.
La Misión sufrió diversos ataques, algunos de tanta violencia que dieron muerte a los sacerdotes jesuitas, que se encontraban misionando. En un principio fue el padre Mascardi, que en el año 1670 decidió emprender la difícil tarea de transitar éstas tierras de cordillera. Su proyecto era el de fundar una Misión jesuítica a orillas del "Gran Lago".
Construyó una humilde capilla en lo que actualmente es la península Huemul. Y allí invirtió su trabajo y vocación de auténtico sacrificio. Era ferviente devoto de la Virgen de los Desamparados, por lo que construyó una segunda capilla en su honor. Hecha de troncos, techo de arbustos y piso de tierra en la desembocadura de la actual laguna "Los Choros" en el brazo Última Esperanza. Allí celebró Misa en varias ocasiones. En 1672 el Virrey del Perú, Conde de Lemos, que era devoto de la misma advocación mariana, le hizo llegar al padre una imagen original para entronarla en esa capilla. La imagen recibida fue renombrada bajo la advocación de "Nuestra Señora de los Poyas". Y que con los años, el padre Felipe Laguna (sucesor en la obra de Mascardi) rebautizaría como "Nuestra Señora de los Poyas y los Puelches", como gesto de unión entre dos naciones indígenas.
Fue designado el padre Felipe de la Laguna, para volver a reestablecer el proyecto.
A partir de allí la Misión se afianzó. Pero Laguna falleció.
El camino de unión se reanudó con el padre Juan José Guillelmo. Tuvo éxito en la conducción de la Misión, pero fue envenenado tristemente de la misma manera que su predecesor, en 1716.
A partir de allí, el padre jesuita chileno Francisco De Elguea reanuda ésta empresa que ya pareciera imposible.
De acuerdo a arduas investigaciones históricas, que comenzaron por la iniciativa del historiador Yayo de Mendieta, fue posible la aparición de la imagen de la Virgen de los Poyas.
Hoy por hoy también se le dice Virgen del Lago. Sin embargo, esta Virgencita, siempre es la misma, y la misma que en aquel trágico día de incendio, fue rescatada de las llamas, y dejada a orillas del lago, envuelta en cuero de caballo, aunque despojada de vestimentas y crucifijo.
Actualmente
En el año 2000, luego de varias investigaciones, historiadores y religiosos de Argentina y Chile acordaron que la imagen de Loretto, denominada hace más de tres siglos, como "Nuestra Señora de los Poyas" que colocó el padre Nicolás Mascardi en la Misión "Nahuel Huapi", en 1672, es la que se encuentra, actualmente, en la iglesia Santa María de Achao, en una de las islas de Chiloé.
Posteriormente, los religiosos decidieron que la imagen que regresaría a la ciudad de Bariloche, para ser colocada en la Catedral, sería una copia de la original, construida con materiales provenientes de Chiloé y hecha por artesanos de ese lugar. En el año 2003, el escultor de Ancud Milton Muñoz, un reconocido creador y restaurador de imaginería religiosa, fue el encargado de realizarla.
Un año más tarde, una gran peregrinación de fieles tanto chilenos como argentinos, llegaron con la imagen de la Virgen desde Achao hasta la Catedral.
En la presentación estuvo presente el obispo de la diócesis de Bariloche Fernando Maletti y el padre Pascual.
El historiador llegó para llevar a cabo varias charlas que hacen a este riquísimo tema, que comienza con la virgen del Loreto en la isla de Chilóe y que termina con la réplica que llegó hace exactamente tres años a esta ciudad y que la devoción y agradecimiento católico llegó a generar peregrinaciones náuticas cada año, para celebrar su arribo a estos pagos.
Cárdenas Alvarez conoce de los mitos y leyendas de esta región patagónica, en especial de la que respecta a la mítica ciudad de los césares, que está junto a la Cordillera.
La muestra está disponible en la sala del ex correo, ubicada en la sala de informes turísticos en el Centro Cívico.
La historia
La Misión Nahuel Huapi (1672- 1717) fundada por el padre Nicolás Mascardi, fue presidida por una imagen de la Virgen, que Mascardi llamó "Nuestra Señora de los Poyas". La imagen había llegado desde Perú y, muy probablemente, fue tallada en Ecuador con madera de la zona.
La Misión sufrió diversos ataques, algunos de tanta violencia que dieron muerte a los sacerdotes jesuitas, que se encontraban misionando. En un principio fue el padre Mascardi, que en el año 1670 decidió emprender la difícil tarea de transitar éstas tierras de cordillera. Su proyecto era el de fundar una Misión jesuítica a orillas del "Gran Lago".
Construyó una humilde capilla en lo que actualmente es la península Huemul. Y allí invirtió su trabajo y vocación de auténtico sacrificio. Era ferviente devoto de la Virgen de los Desamparados, por lo que construyó una segunda capilla en su honor. Hecha de troncos, techo de arbustos y piso de tierra en la desembocadura de la actual laguna "Los Choros" en el brazo Última Esperanza. Allí celebró Misa en varias ocasiones. En 1672 el Virrey del Perú, Conde de Lemos, que era devoto de la misma advocación mariana, le hizo llegar al padre una imagen original para entronarla en esa capilla. La imagen recibida fue renombrada bajo la advocación de "Nuestra Señora de los Poyas". Y que con los años, el padre Felipe Laguna (sucesor en la obra de Mascardi) rebautizaría como "Nuestra Señora de los Poyas y los Puelches", como gesto de unión entre dos naciones indígenas.
Fue designado el padre Felipe de la Laguna, para volver a reestablecer el proyecto.
A partir de allí la Misión se afianzó. Pero Laguna falleció.
El camino de unión se reanudó con el padre Juan José Guillelmo. Tuvo éxito en la conducción de la Misión, pero fue envenenado tristemente de la misma manera que su predecesor, en 1716.
A partir de allí, el padre jesuita chileno Francisco De Elguea reanuda ésta empresa que ya pareciera imposible.
De acuerdo a arduas investigaciones históricas, que comenzaron por la iniciativa del historiador Yayo de Mendieta, fue posible la aparición de la imagen de la Virgen de los Poyas.
Hoy por hoy también se le dice Virgen del Lago. Sin embargo, esta Virgencita, siempre es la misma, y la misma que en aquel trágico día de incendio, fue rescatada de las llamas, y dejada a orillas del lago, envuelta en cuero de caballo, aunque despojada de vestimentas y crucifijo.
Actualmente
En el año 2000, luego de varias investigaciones, historiadores y religiosos de Argentina y Chile acordaron que la imagen de Loretto, denominada hace más de tres siglos, como "Nuestra Señora de los Poyas" que colocó el padre Nicolás Mascardi en la Misión "Nahuel Huapi", en 1672, es la que se encuentra, actualmente, en la iglesia Santa María de Achao, en una de las islas de Chiloé.
Posteriormente, los religiosos decidieron que la imagen que regresaría a la ciudad de Bariloche, para ser colocada en la Catedral, sería una copia de la original, construida con materiales provenientes de Chiloé y hecha por artesanos de ese lugar. En el año 2003, el escultor de Ancud Milton Muñoz, un reconocido creador y restaurador de imaginería religiosa, fue el encargado de realizarla.
Un año más tarde, una gran peregrinación de fieles tanto chilenos como argentinos, llegaron con la imagen de la Virgen desde Achao hasta la Catedral.