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Bariloche, viernes 02, mayo 2025
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Un joven vecino de Bariloche y un turista canadiense murieron al estrellarse una avioneta

El accidente ocurrió el viernes a la tarde a dos kilómetros y medio de la pista del aeropuerto internacional, a donde iba a aterrizar. No se conocen aún las causas del accidente. El piloto era Alistair Whewell, hijo de los dueños de la estancia Fortín Chacabuco. Conmoción en el ámbito aeronáutico. Un nuevo accidente enlutó el viernes al ámbito aeronáutico de Bariloche y la Patagonia, y afectó a una conocida familia de la ciudad.

Alistair Whewell, de 37 años, hijo de Roger, propietario de la estancia Fortín Chacabuco, murió al estrellarse la avioneta que piloteaba de regreso a Bariloche luego de una breve recorrida hasta la zona de Pilcaniyeu. También falleció su acompañante, un turista canadiense de apellido Bergkotte Assin, que al parecer estaba interesado en adquirir tierras en el lugar, razón por la cual Whewell le mostraba la zona desde el aire.


Iban en un Piper PA-28 “Cherokee”, matrícula LV-LDP, del Aeroclub de la localidad chubutense de El Maitén, con el que habían despegado poco antes de las 18 del aeródromo del Aeroclub Bariloche. Luego de 40 minutos de vuelo, y apenas a 2,5 kilómetros de la cabecera de la pista del aeropuerto internacional, a donde iban a aterrizar, se fue a pique y se clavó en un mallín.
Unos minutos antes, en la última comunicación, Whewell se había reportado a la torre de control pidiendo permiso para aterrizar.
Personal aeronáutico, bomberos, la policía provincial y la federal, y otros organismos organizaron un operativo de búsqueda que se extendió toda la noche hasta las cinco de la madrugada.


Incluso antenoche, a las 23, el jefe del cuartel melipal de bomberos, Leandro Fernández, recorrió la zona en su vehículo particular y con elementos de rescate. La búsqueda duró hasta las 5 de la mañana, aunque no tuvo resultados positivos.


Apenas hubo suficiente luz, ayer salió otro avión en su búsqueda y lo encontró rápidamente, con Whewell y el acompañante sin vida.
La aeronave siniestrada estaba en la estancia El Cóndor, en un sector denominado El Zangal, próximo al aeropuerto internacional.
La Fuerza Aérea dispuso que personal de la Junta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil viaje a Bariloche para realizar la investigación de rigor sobre las causas del siniestro.

Despedida en la web

Apenas trascendió ayer el accidente, sus amigos y allegados transmitieron su pesar en la página de Whewell en Facebook. Conmovedores mensajes sobre la magnitud de la pérdida y la nostalgia que se avecina, se mezclaron con la apertura una y otra vez de las fotos del joven fallecido. En especial resultó estremecedora la imagen junto a su hijo de seis años.


“Gringo, ¿qué pasó?” preguntó uno de ellos. “Sos y serás siempre un buen tipo, amigo, compañero de todos. Tuve suerte de conocerte. Estas en los corazones de todos”, consignó otro.


Y más: “Me quedo con haberte podido llenar de abrazos y reírnos a pleno en mi cumple”. “Dios estaba empezando a aburrirse y te invitó para que llenes de risa y amor el cielo”. “Gringo querido, en algún lugar de Bariloche te vamos a encontrar”. “Los locos lindos nunca se van”.


También hubo hondo pesar en el Aeroclub Bariloche y el Club de Planeadores, donde los Whewell son muy queridos y respetados. En ambos lugares la bandera flameó a media hasta y no hubo la tradicional actividad aérea de todos los sábados.
El recuerdo de accidentes anteriores

El domingo 17 de noviembre de 2002 la tragedia marcó uno de los días más aciagos de la historia del Aeroclub Bariloche, justo en plenos festejos de su 60° aniversario. Los concurrentes al asado nunca podrán olvidar lo que vieron a las 17: una avioneta Pipper PA23 Azteca perdió un ala y se precipitó a tierra desde trescientos metros. La aeronave era tripulada por su propietario, Diego Enrique Llovet, de enorme aprecio en el ámbito aeronáutico, experimentado piloto comercial de primera clase y piloto forestal de lucha contra incendios.


Con él iban su hijo Agustín, de cuatro años; y Fernando Selpa, Daniel Ferrante, Roberto Loray, Javier Novak y Julio Cantero, suboficial de la Fuerza Aérea que trabajaba en el Aeropuerto Bariloche. De las tragedias recientes es la más recordada. Pero hubo otras.


-En el año 2000 murió el experimentado piloto Andy Maluf, quien trabajaba para el magnate Joe Lewis, al estrellarse en el moderno helicóptero del inglés, en el camino de Bariloche a El Bolsón.


-3 de febrero de 2001. Se precipitó a tierra cerca de la ruta nacional 40, entre Bariloche y Ñirihuau, una avioneta experimental y murieron los mecánicos Rubén Restelli y Ernesto Coradazzi.


-30 de marzo de 2004. Cuatro personas (el piloto Juan Pablo Azzurro, el copiloto Matías Barahona, el médico Sergio Segati, y la enfermera Carmen Ojeda Villegas) murieron al estrellarse un Piper Azteca 23 que debía hacer un vuelo sanitario. El avión aterrizaba en medio de una densa niebla, pegó con su ala izquierda contra una antena y se precipitó violentamente.
Más atrás en el tiempo también hubo recordados accidentes:

-16 de marzo de 1975. Un Fokker F-27 de la Fuerza Aérea cayó en cercanías de Bariloche. Hubo 52 muertos.


-21 de noviembre de 1977: Un aeroplano Bac One Eleven (111) de la empresa Austral, se estrelló a 30 kilómetros de Bariloche, la zona de Valle Escondido, con 79 pasajeros a bordo. Hubo 34 muertos.


Y se registraron dos accidentes en otras regiones, pero de aviones que venían a Bariloche:

-9 de diciembre de 1957. Un Douglas DC-4 de Aerolíneas Argentinas cayó en cercanías de la ciudad boanerense de Bolívar. Hubo 61 muertos.
-19 de julio de 1961: Un Douglas DC-6 estalló en el aire en medio de una fuerte tormenta. Hubo 67 muertos.

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