La cumbre del Cerro Catedral: un paseo 360°

La cumbre del Cerro Catedral: un paseo 360°

o primero que ves al bajar de la aerosilla es el Tronador, recortado sobre ese cielo tan celeste con sus glaciares eternos. Si empezás ahí un paneo 360° lo que sigue hacia la derecha es el volcán Puntiagudo, ya en Chile, entre otros picos nevados que brillan esta radiante mañana invernal. Después, abajo, sobre una ladera aparece una pequeña bahía bañada por aguas del lago Moreno. El verde de los árboles en las islas y el tono azulado del Nahuel Huapi, hoy casi tapado por un colchón de nubes si mirás desde la cumbre del Catedral. Cuentan que cuando eso pasa hay inversión climática: hace más frío abajo que arriba. Por eso hoy hay visitantes que ahora caminan por el deck del parador sin campera. Los pasos son lentos en este lugar bendecido por su belleza sobrenatural, como para darse tiempo a capturar cada detalle desde el mirador donde respirás aire puro. Más temprano que tarde, todos llegan hasta las piedras donde el viento hace flamear una gran bandera argentina: un clic ahí es difícil de resistir. Hay manchones de hielo y nieve y tenés que tener cuidado para evitar resbalones. La recorrida panorámica continúa: la ciudad sobre el lago y más allá los techos grises de las casas de plan en el Alto y las aguas del Gutiérrez, la Ruta 40 que va hacia El Bolsón y después la estepa, su magia que se intuye a la distancia. Bariloche en toda su deslumbrante dimensión tiene también un plano corto en la ladera donde chicos y grandes se divierten en la nieve: bolas blancas que buscan objetivos móviles, muñecos y el culipatín con el que algunos se tientan pese a que está prohibido.

El paneo termina en el punto de arranque: un gran parador de madera de tres pisos construido 73 años atrás. Es el punto de partida de las travesías por el filo del cerro hacia el refugio Frey o el Jacob tentadoras en otras épocas del año. En estos días, es el punto de encuentro de los peatones que disfrutan así del Catedral a la espera que las nevadas vuelvan todo a la normalidad y sea posible deslizarse sobre tablas en lo alto del cerro.

Hasta aquí se llega a través de dos medios de elevación: la Séxtuple que empalma con la Lynch en una travesía que incluye pasar sobre coihues, lengas y un arroyo congelado por tramos. El paseo cuesta en estos días 375 pesos para mayores y 295 para menores (hasta 12) y séniors (más de 65). Hasta 5 años sin cargo.

En el regreso, desde la aerosilla se ve a los principiantes dar sus primeros pasos con el esquí en Plaza Oertle (1.300 m) y otros en la Base: la montaña siempre da una chance de pasarla bien.

 

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