Urbanismo o especulación inmobiliaria

Urbanismo o especulación inmobiliaria

A los que pretenden conservar el patrimonio ambiental, urbano y paisajístico (que son las bases de todo destino turístico) se les dice que son ingenuos, peor aún, que quieren frenar el progreso, que la ciudad es cambio constante, que hay que generar trabajo y riqueza, que nada tiene que entorpecer los derechos de la propiedad privada y las ilimitadas ansias de ganar dinero.
Sin embargo hay que considerar que conservar los recursos (urbanísticos, paisajísticos, energéticos, etc.) es, por el contrario, un factor crítico del desarrollo. Por lo tanto, el Estado, como expresión de los derechos de las mayorías, en todos sus estamentos tiene que adoptar esta idea y poner límites a la especulación privada. Es necesario recordar que la ideología que rechaza la regulación estatal ha tenido una estrepitosa caída en las recientes y repetidas crisis financieras mundiales.
Lo urbano es un bien colectivo y el uso del suelo debe regularse en defensa del “interés público”. La inversión pública en infraestructura debe destinarse a mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la población y no a apoyar el desarrollo del “mercado inmobiliario”.

Con referencia a la construcción urbana, la problemática no se limita a Bariloche, sino que es un problema de ética profesional. Podemos recordar las palabras de J. Sorin, ex Decano de la FADU, UBA y ex Vicerector de la UBA,: “... asistimos al empecinado intento de confundir arquitectura con emprendimiento inmobiliario y espectáculo mercantil, impulsando proyectos que direccionen los recursos públicos hacia los bolsillos privados y muy lejos de las prioridades sociales que involucran a los sectores más amplios de la población.”
“El actual modelo de destrucción de la cultura local y paraíso de negocios que asocian burocracia estatal con intereses privados, es exactamente lo opuesto a nuestra necesidad presente: reconstruir la trama social y el sueño de una sociedad inclusiva e igualitaria. Muy lejos de esto se sitúa la aparición de este afiebrado fragmento marginal y marketinero, excluyente por naturaleza –social y geográfica – e ignorante de toda posibilidad de crear ciudad desde la necesaria construcción de un espacio público, reducido allí a la generación de negocios y al éxito mediático. No existe arquitectura en este emprendimiento, si como arquitectura entendemos algo más que un simple espectáculo gráfico al servicio de la publicidad comercial.”

Desde hace mucho tiempo Bariloche esta sometida a una fuerte presión de especulación inmobiliaria y apropiación privada de los bienes públicos.

Esta puede tener un carácter explícito como:

a) apropiación de terrenos y edificios de uso público o reservados con tal destino.
El ejemplo reciente más impactante es la cesión gratuita por parte de la Municipalidad del hotel “Lago Moreno” y sus 54 hectáreas anexas a un grupo privado, enmascarado por la quiebra de OSPLAD.

b) cierre y alambrado de costas y sus accesos.
Han sido documentadas varias apropiaciones de accesos al lago NH, así como cierre de tramos de costa por paredes y alambrados. La más llamativa es el hotel “La Cascada” donde ha sido “privatizado” un tramo de más de 100 m de playa, separado por paredes de cerca 4 m de altura, que se internan en el lago.

c) violación de las áreas de implantación y excepciones a las normas constructivas, como por ejemplo construcción de edificios con mayor número de pisos, ocupación de pulmón de manzana, reducción de los retiros frontales y laterales, entre otros.
Este es un tema ampliamente difundido en todos los niveles económicos, pero que, sobre todo incrementa notablemente la rentabilidad de las grandes inversiones.

O algo que podríamos llamar implícito:

d) Inversiones en infraestructuras públicas
Emprendimientos de gran envergadura sobrecargan la infraestructura de servicios. Estos pasan por las inversiones privadas en hoteles y complejos turísticos y también para las públicas. Así se escuchan reclamos para que se construya un nuevo gasoducto cordillerano (costo estimado u$a 15.000.000), una nueva línea de alta tensión (costo estimado u$a 72.000.000), nueva planta depuradora (costo estimado $ 50.000.000), mejora de la Av. Bustillo (costo estimado u$a 1.000.000).
También representan ventajas para los sectores más acaudalados de la ciudad proyectos como la remodelación de la calle Mitre, o la construcción de un centro de convenciones en el edificio de Movilidad de PN, con cargo al erario público. A esto pueden agregarse los pedidos de apertura y mantenimiento de calles y provisión de servicios a residencias remotas o trepadas sobre las laderas del cerro Otto.
Se exige que estas inversiones, sean cubiertas por el erario público, que por otro lado es depredado por los organismos de financiamiento internacional y finalmente son pagadas por los ciudadanos de todos los niveles sociales.

e) desgravaciones fiscales

f) subsidios indiscriminados al gas o combustibles.
Hoteles de alta categoría, que cobran por una habitación varios cientos de dólares por noche, pagan por el metro cúbico de gas lo mismo que paga un trabajador temporario por su consumo doméstico, y la sexta parte de lo que pagan los barrios periféricos por el gas en garrafas. Tampoco las tarifas eléctricas guardan una relación ecuánime discriminada de acuerdo al tipo de usuario.

Para lograr estas prebendas se han utilizado diversos métodos:
- presiones directas contra los funcionarios que exigen cumplimiento de las normas.
- apoyo (de diverso tipo) a funcionarios permisivos.
- aprovechamiento de la inestabilidad institucional en el plano municipal.
- propuesta y desarrollo de proyectos con escasa o nula difusión.

Una componente básica que debe contener un plan de desarrollo urbano, y el código de edificación asociado, es que toda inversión privada no implique, a corto o mediano plazo, la necesidad de inversiones públicas.
Aparte debe fijarse a los propietarios un fondo de garantía suficiente para cubrir todas las inversiones públicas que pueda requerir el desarrollo edilicio encarado, a corto y mediano plazo.

Vecinos por Bahía Serena y Costas Libres
Bariloche, 31 de agosto de 2010

Vecinos en Defensa de Bahía Serena y las Costas Libres