Cenizas y diamantes

Cenizas y diamantes

Una vez más queda al descubierto la matriz económica de Bariloche.
Las cenizas y otros susurros de la tierra lo hicieron.
Nos mostraron ese espejo que refleja el monocultivo del turismo, la concentración económica en un puñado de manos, y una distribución de la riqueza que horrorizaría al mismísimo Martínez de Hoz...
Es decir este modelo barilochense es la etapa superior del neoliberalismo (palabra que creíamos ya no existía).
Las cenizas no hacen mas que evidenciar contradicciones de un modelo que ya esta agotado. Pero que la clase dirigente local (llámese cámara de comercio) aliada con el sindicalismo y sus representantes en el poder Ejecutivo y Legislativo no quieren ni les interesa modificar.
Más de doscientas familias por solo citar las que fueron relevadas ante la emergencia volcánica, tienen sus casas en estado precario, es decir sus techos son vulnerables, y no resisten los embates climáticos.
Así funciona el modelo, con incluidos de primera y segunda y excluidos de todo tipo, A la industria del turismo le sobran manos y bocas y piernas. La suerte de miles atada a “una buena temporada”.
Esperando que el “derrame” llegue a las capas menos beneficiadas. Pero tal derrame solo es consuelo de tontos, parafraseando el saber popular.
Así este modelo de exclusión sistemática solo cierra con dos ingredientes que le son vitales: que los oprimidos reproduzcan el discurso del opresor, como lo señalo el pedagogo Paulo Freire. Y con la represión de los excluidos para que estos no cuestionen el modelo que los excluye.
Para el primer caso, los medios de comunicación son un fin en si mismo, una propaladora de los intereses de los privilegiados que los medios reproducen sin problematizar.
Para el segundo, no vasta con una policía al mejor estilo de la dictadura (digo: sus métodos, sus fines), alcanza tal vez con una justicia adicta, no elegida por nadie, hija de la corporación y hermana de cadenas de complicidades.
Este es el desafío que la sociedad barilochense tiene por delante, transformar estructuras anquilosadas en el estado, destrabar mecanismos corporativos, generar canales de comunicación alternativa, en todos los casos movilizar y movilizar si deseamos transformaciones profundas.
¿Habrá dirigentes dispuestos a enfrentar a intereses de todo tipo?
¿Podremos encarar tremenda tarea con el campo popular dividido por nimiedades de segundo orden?
¿Serán los volcanes y otros factores externos quienes nos hagan dar cuenta?
¿Será justicia?
Comuníquese y archívese.

Colectivo Al Margen