Nadia Guthmann levanta vuelo

Nadia Guthmann levanta vuelo

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Una de sus obras se instalará en breve en el campus de la Universidad Nacional de San Martín, en el conurbano bonaerense. Su tamaño es desusado, a tal punto que habrá que desmontarla para que vaya desde Villa Los Coihues hasta su destino final.

El Pegaso tiene dimensiones descomunales, a tal punto que la escultora debió levantar andamios y subirse a escaleras para cumplir su cometido. Como su inspirador de la mitología griega, está por levantar vuelo para posarse en el campus de una universidad que funciona hace 20 años en el conurbano bonaerense. Allí morará frente al calor, el viento y la lluvia con una invitación: prestar atención a la creatividad que late en cada interior.

La noticia circuló cuando Nadia Guthmann abrió su taller al público días atrás. Quiso mostrar “una escultura que estoy terminando. Pensaba tenerla terminada ya pero me está llevando unos días más… Faltan unos pelos del Pegaso, un caballo que en su interior tiene una garza que le da alas. Cuando la termine, tengo que embalarla y mandarla a su destino final, entonces varios me venían diciendo que cuando la terminara la querían ver. Por eso organicé el taller abierto para que vinieran todos los que quisieran conocerla”.

Monumento ecuestre translúcido y sin jinete, el trabajo de Guthmann obedece a “una obra por encargo, dentro de un proyecto de la Universidad Nacional de San Martín, en Buenos Aires… Por su vigésimo aniversario, hicieron el proyecto 20 años 20 esculturas… Veinte esculturas de distintos artistas de la Argentina, así que soy una de los elegidas. Me habían contactado hace unos tres años, hubo una primera aproximación a través de fotos y la presentación del currículum. Fui seleccionada con los 20 que iban a participar y recién el año pasado me contactaron para empezar a trabajar”, historió la artista barilochense.

“El tema era libre”, informó. “Mandé fotos de esculturas que ya tenía hechas porque pensé que me pedían algo como lo que ya tenía, que iban a comprar algo de lo que ya tenía realizado… Me dijeron que no, que como era para el campus de la universidad, tenía que ser en una escala más grande. Entonces, me propusieron algo completamente nuevo o re-escalar alguna de las esculturas que ya tuviera hecha”.

Como una plaza

En el transcurso de esa búsqueda “propuse el Pegaso porque en realidad, esa escultura había nacido pensada para un espacio público, como una plaza… Entonces, era afín a la idea de estar en un parque. Incluso yo había pensado en los jóvenes y en trabajar con la imaginación grandeporque el ave interna para mí es el vuelo interior: la imaginación, la creatividad… Esa idea les gustó y me propusieron hacer una escala que permitiera caminar por abajo, entonces quedó el doble del original”, mencionó Guthmann.

Para la vecina de Los Coihues, la concreción implicó un desafío porque la dimensión “es el doble de lo más grande que había hecho. Eso implicó un salto en muchos sentidos, incluso tuve que hacer un informe técnico sobre la resistencia del material para ese tamaño, porque siempre había trabajado en dos metros o tres, como mucho. Para cuatro metros y para estar en la intemperie frente al viento, tenía que estudiarlo un poco más. El tiempo de realización más trabajar en altura, fueron varias cosas nuevas que resultaron un desafío para mí”, concedió.

Como podía adivinarse, el traslado del Pegaso hacia el conurbano entrañará dificultades. “Es un tema doloroso (risas) porque voy a tener que volver a cortarlo para que entre en los camiones. La reglamentación de Vialidad (Nacional) admite hasta cuatro metros desde la calzada y la escultura en sí tiene cuatro metros, así que se pasa bastante. Entonces, voy a tener que seccionarla en algunas partes y volver a ensamblarla”, se resignó la creadora.

Las disecciones y posterior armado deberán acontecer “pronto (risas)… En realidad ya estoy en la fecha en la que debería transportarla, así que en cuanto pueda tiene que salir para Buenos Aires y tengo que instalarla enseguida, calculo que en noviembre estará instalada. El campus queda en el Partido de General San Martín, a lo largo de la vía del ferrocarril, muy cerca de la Capital. Yo no conocía, me invitaron a conocer el lugar antes de empezar la escultura y la verdad, el espacio es muy impresionante”, compartió la escultora.

Si bien Guthmann sabe de premios nacionales, de exposiciones en el exterior y otros logros de trascendencia, el convite de la UNSAM implica un hito en su trayectoria. “Que se instale en un espacio público para mí es muy satisfactorio. Siempre que alguien se interesa en comprar una obra o encarga está bueno, pero cuando queda en un lugar que pueda verla quien quiera, que sea de libre acceso, para mí es el ideal”, valoró.

¿Para cuándo una de sus esculturas al ingreso de Bariloche?

Prueba y error

El Pegaso que contiene la garza forzó innovaciones en la técnica de Nadia Guthmann. “Para el cambio de escala aprendí muchísimo, porque me mantuvo siempre en la incertidumbre de ver cómo resolverlo. Ver que lo estoy logrando me da una gran satisfacción y me deja mucho aprendizaje”, sumó la artista.

La obra gigante cobró vida con la misma malla extendida que caracteriza otros trabajos de su creadora. “En algún momento tuve la duda y debí estudiar si podía ser la misma malla o si tenía que ser otra más gruesa. Hice unas pruebas y las otras mallas, de metal más grueso, no respondieron bien al modelado y a la resistencia del material. En cambio, con la que venía usando, le pedí a un ingeniero un informe porque cálculos no se podían hacer, por las formas y por el material… Entonces, experimentamos. Armé una pata, agregamos peso hasta ver cuánto aguantaba. Y así fue la prueba”, compartió.

La propuesta de la casa de altos estudios se llevó a cabo con una seriedad que supera el promedio de la Argentina. “A cada artista se los contrató, primero con un adelanto y después al finalizar la obra, con el resto para poder cubrir los gastos”. Pero el reconocimiento para Guthmann no se limitó al aspecto monetario: “cuando veo quiénes son los otros escultores que fueron seleccionados, siento que estoy en un grupo (hace un gesto de valoración) de gente muy prestigiosa”. Orgullo barilochense.

Cultura Barilochense